La deforestación en el país es severa. En Veracruz la ganadería extensiva ha llevado a la pérdida de 90 por ciento de las selvas y bosques, mientras que en la meseta purépecha el cultivo de aguacate ha crecido de tal manera que ocasiona la desaparición de 509 hectáreas al año; en tanto que la mancha urbana que invade el gran bosque del agua afecta una importante zona de recarga, señaló en un análisis Greenpeace.

Explicó que en Veracruz en 50 años se ha deforestado la mayor parte de la cubierta original y para 2007 sólo quedaba alrededor de 9 por ciento, por lo cual en al menos 10 por ciento del territorio existen problemas de pérdida de suelo en grado severo.

En los Tuxtlas, precisó, en el área norte de la sierra, la selva se redujo en 56 por ciento entre 1967 y 1986. Actualmente la selva está fuertemente fragmentada, cerca de 90 por ciento de la vegetación natural se ha perdido en 30 años y lo que queda está en riesgo por el incremento de la presión humana sobre los recursos naturales, la pérdida de conocimientos locales acerca de la biodiversidad y su manejo, así como el debilitamiento de la cohesión social, indicó la organización ecologista.

En relación con la meseta purépecha en Michoacán, donde se produce 65 por ciento del aguacate del país, y de acuerdo con información oficial, la superficie destinada a la producción de ese fruto en este estado pasó de 31 mil hectáreas en 1980 a más de 106 mil hectáreas en 2009, en las que se obtendrán un millón 200 mil toneladas de este cultivo.

Actualmente la superficie destinada a la producción del aguacate es 342 por ciento mayor a la que había en 1980.

Greenpeace se refirió a que en el sitio llamado Gran bosque de agua, ubicado entre la ciudad de México, Cuernavaca y Toluca, el cual alberga a alrededor de 2 por ciento de la biodiversidad mundial, ayuda a regular el clima y la calidad de aire de la región, proporciona alimentos y tres cuartas partes del agua que se consume en la ciudad de México.

Ahí se estima que cada año se pierden 2 mil 400 hectáreas de este bosque, el equivalente a destruir una superficie de nueve campos de futbol por día, ejemplificó la organización.