La mayoría de los púgiles están sujetos a combates desiguales por privilegiarse intereses, afirmó
Viernes 24 de julio de 2009, p. a18
El doctor Esteban Martos, miembro de los servicios médicos de la Comisión de Boxeo del Distrito Federal, afirmó que la muerte de Marco Antonio Nazareth no es un nuevo accidente, sino un error previsto de los que envuelven este deporte sin atención alguna de los responsables.
Se dijo preocupado por los pugilistas, pues la mayoría están sujetos a combates desiguales, pero también se mostró fatigado de señalar todas las irregularidades y enfrentar a promotores y autoridades que sólo velan por intereses propios, sin importarles las consecuencias con tal de abultar los récords de los boxeadores y, por ende, sus ganancias.
Para Martos no fue sorpresa el fallecimiento del Texano, pues a pesar de que no vio la pelea del pasado sábado en Puerto Vallarta, al enterarse del diagnóstico entendió que el púgil perdería la vida, como Daniel Aguillón, en cuya contienda lo asistió hasta donde le fue posible.
En aquella ocasión, acotó, en el intento de entubar al boxeador desde la arena no contó con una ampolleta para relajar la mandíbula del boxeador.
Y es que la escasez de material médico y medicinas de urgencias, que Martos consigna en sus reportes, es sólo una de las aristas que impiden la salvaguarda en el boxeo mexicano, pues la mayoría de las veces se desobedecen recomendaciones o se validan récords ficticios, avalados de manera ilegal, para presentar una pelea.
A lo anterior se suman otros riesgos a los que se exponen los púgiles, derivados de la exigencia de dar el peso un día antes del combate, luego de lo cual los que primero se sometieron a desgaste y dieta en la lucha por vencer a la báscula, se deshidratan, y ya librado el pesaje se sobrecargan de líquidos y llegan al pleito hasta con siete kilogramos de más, una carga peligrosa durante el esfuerzo.
Para mí ya no es ninguna sorpresa. Yo lo he seguido advirtiendo. Habrá otro muerto y ahí está, pero aquí (en el medio del boxeo) soy repudiado totalmente, por eso nada más, porque les señalo lo que está pasando
, asienta Martos en entrevista con La Jornada.
El médico tampiqueño que hace 26 años presta sus servicios en la CBDF, guarda con orden notable en archiveros las fichas de cada boxeador, que con minucia contienen récords, fechas, estado físico y reporte médico.
En muchas de ellas ha incluido con la tinta roja de su máquina mecánica, o a mano, también con carmín, las observaciones sobre aquellos boxeadores con quienes se debe tener precauciones o no deben pelear más.