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Cine

La montaña sagrada, hoy

Foto
Fotograma de la película en la que aparece Alejandro Jodorowsky
H

oy continúa el Ciclo Jodorowsky en Canal 22, con la transmisión de La montaña sagrada, cinta emblemática de su autor. Se trata de un verdadero acontecimiento en la televisión mexicana, medio en el que no se habían visto estos filmes del Alejandro Jodorowsky en mucho tiempo.

Al igual que El topo (1969-1970), La montaña sagrada (1973) causó –y sigue causando– polémica: para unos no es sólo una película, sino toda una experiencia; para otros no vale la pena intentar resumir la trama, puesto que hay que experimentarla como una pieza musical o una pintura; para otros contiene algunas de las imágenes más impactantes que hayan visto, si bien sus ideas son pretenciosas y sus comentarios políticos algo anacrónicos; no falta quien denuncie el juego tramposo de la película con el espectador; no falta tampoco quien encumbre este filme como arte revolucionario, más simbólico y con más sentido que lo que hace David Lynch. El crítico Jorge Ayala Blanco la resumió como la “última vomitada de la vanguardia, que no es más que la ‘última carcajada de la cumbancha budista’”.

Así como ocurre con El topo, La montaña sagrada no es fácil de clasificar en un género: aventuras, comedia, drama, fantasía, ciencia ficción, viaje mental, iniciación metafísica, cine dentro del cine, fábula pánica, ilustración de las enseñanzas de Carlos Castaneda…

En La montaña sagrada y en El topo colaboran artistas y creadores de la más diversa procedencia. Repiten el cinefotógrafo Rafael Corkidi, el editor Federico Landeros y los actores José Antonio Alcaraz y el legendario David Silva. Se incorporan actrices de sexicomedia como Jacqueline Voltaire, de teatro experimental como Horacio Salinas y de teatro universitario como Héctor Ortega y Juan Ferrara, además de artistas plásticos, como Manuel Felgueres.

Al igual que en El topo, el autor omnipresente de La montaña sagrada es Alejandro Jodorowsky: director, guionista, protagonista, coautor de la música, el vestuario y el diseño de arte.

La mejor forma de abrir apetito: las palabras del propio Jodorowsky, tomadas de citas editadas de entrevistas que recopiló Daniel González Dueñas en Antología pánica:

“Yo busco el arte objetivo. Eliminar mi subjetividad: esa fue la búsqueda de La montaña sagrada: encontrarme como el hombre completo, el hombre universal.

“El topo muestra la búsqueda, la investigación. Dice lo que yo quiero encontrar. La montaña sagrada es lo que encuentro, las respuestas a la búsqueda de El topo.”

“(...) Tuve muchos problemas: se detuvo la filmación seis meses; se acabó el dinero; tuve que conseguir 400 mil dólares para terminarla; guerras entre productores (...) Total, que me enfermé casi a punto de morirme, seis meses. Toma en cuenta que el arte era mi vida, porque realmente si no lograba lo que quería me iba a morir como los samuráis. Vencer o morir.

“...no quería actores, quería personas que conocía de diferentes lugares (…) les decía: ‘Es necesario que usted deje su vida durante un año’ (...) llevé a los actores a mi casa, en México. Durante dos meses dormimos cuatro horas al día, compartimos los mismos alimentos e hicimos los mismos ejercicios espirituales y físicos: hindúes, tántricos, egipcios. Vivíamos en comunidad, dormíamos juntos, sin alcohol, sin mariguana, sin drogas, sin vida sexual (…) traté de hacerles aceptar la idea de que no rodábamos una película, sino que participábamos en un seminario, en una etapa de ejercicios espirituales (…) la película me transformó completamente y me dio una nueva posibilidad de llegar a una vida mejor.

“(…) el ex Beatle George Harrison ya había aceptado hacer el papel del ladrón; pero había una escena en la que se le lavaba el ano y dijo que no la hacía. Y le quité el papel. Podría haber tomado esa escena con él de perfil, etcétera. Lo que hice fue buscar a Horacio Salinas, un actor desconocido, que hizo el papel. (...) Como yo tomaba el arte de un modo tan total, no había que hacer concesiones.

“En el guión estaba escrito que al encontrar a los inmortales en la cima, nos hacíamos inmortales y levitábamos (…) vino una tempestad y yo me solté y rodé por la pendiente; no quería morir, tenía que terminar el filme. Tomé un piolet y lo clavé como pude y detuve mi caída, pero solamente lo logré por un terrible esfuerzo de la voluntad (...) ahí me di cuenta de que yo era completamente mortal y de que no podía terminar la película con una mentira (…) ¿Cómo podría decir que era inmortal cuando era más mortal que nunca? (…) Decidí finalizar el filme con la verdad…”

La montaña sagrada se exhibirá hoy, a las 22 horas, por Canal 22. El día 30, el ciclo culminará con la proyección de Santa sangre.

*Director de programación de Canal 22