Las culturas no son simples agregados de elementos sino sistemas bien constituidos, creadoras que se transforman en cada época y se adaptan históricamente a su tiempo, explicó el académico Alfredo López Austin a propósito del libro Dioses del Norte, Dioses del Sur (Ediciones Era) cuya autoría comparte con su colega peruano Luis Millones.

Ambos investigadores conversaron con este diario sobre las similitudes y diferencias que caracterizaron a las regiones mesomericana y andina en temas como religión, cosmovisión, geografía e inclusive creencias y desarrollo de los pueblos prehispánicos.

Legado vigente

“Las grandes semejanzas –comenzó López Austin– se encuentran no estrictamente en lo aparente, sino en el fondo de la cultura, lo cual nos revela un origen común o una gran base panamericana de las culturas del continente, de tal manera que esta base estructurante de las culturas hace que todas, cada una con su historia, con sus logros, su geografía y con las distintas razas que las constituyen hayan hecho lo propio.”

Eso depende, agregó el historiador, de la raíz común que propicia que cuando uno rasque tantito la realidad cultural se encuentran enormes similitudes y sobre todo los principios y el sistema básico que ordena todo ese ámbito.

Por tal razón, ejemplificó Alfredo López Austin, el pensamiento antiquísimo de los pueblos primero cazadores-recolectores y luego agricultores ha continuado hasta nuestros días y es toda una tradición que conservan los descendientes de esas civilizaciones.

Al contrastar Mesoamérica y los Andes, Luis Millones sostiene que ambos estudios no son independientes, sino en lo posible se ha intentado insertar en el volumen ejemplos comparativos sobre el sistema de creencias, ubicación geográfica y el desarrollo logrado por las antiguas civilizaciones mediante estudios bibliográficos e información proveniente de fuentes históricas.

Donde aparecen las similitudes de ambas regiones, continúa el especialista peruano, es en la respuesta que tuvieron ante la imposición del cristianismo, que se expresa en el momento en que ellos llaman reconquista. La expulsión de los moros y los judíos implica una religión que llevan el Estado y la Iglesia en perfecto acuerdo. considerando a los enemigos del Estado español como enemigos de la Iglesia cristiana.

En Dioses del Norte, Dioses del Sur, ambos autores plasmaron, tras varias décadas de reflexión, dos síntesis de esos pensamientos. Sin embargo, aceptan que todavía existe un camino casi inexplorado y que a partir del conocimiento propio en la diversidad se podrá apreciar dignamente el entorno humano, una humanidad que cada día requiere en forma más apremiante, el principio de dignidad.

Los investigadores abordan en sendos epílogos el tema inquietante de un conjunto de mitos coloniales con evidentes semejanzas, y exponen narraciones míticas, creencias y cultos de los antiguos pueblos de América con formas sorprendentes de sistematización del pensamiento.

“Emprendimos –abundan los autores– esta tarea en busca del gozo, el mismo que ha contribuido a orientar muchas décadas de nuestras vidas y que aumenta cuando se puede compartir con lectores distantes, pero presentes en aficiones.”

El espejo del otro

El libro consta de abundante bibliografía, así como mapas, cuadros cronólogicos, figuras con diversos símbolos, elementos cosmológicos y representaciones de deidades, así como coloridas fotografías que muestran diversos sitios arqueológicos, fragmentos de varios códices y un glosario enriquecedor.

Para López Austin y Millones es prioritaria la idea de que el espejo del otro nos permite sabernos diversos, y sólo así se desvanecerá la aparente normalidad de conceptos propios para apreciarlos como productos de una historia particular.

El libro Dioses del Norte, Dioses del Sur fue presentado la noche del martes en el Museo de El Carmen, con la participación de Silvia Limón, José Rubén Romero Galván y los autores.