Melenudo, con algunos jiotes en la cara y una vestimenta que deja ver tanta necesidad como la de una gran mayoría de quienes duermen en Valle de Chalco, Isaac Martínez apenas acaba de pasar a segundo año de primaria y ya vive con un gran temor: Que se me caiga el salón de mi escuela.

Es la primaria Constitución de 1917, ubicada en la colonia de El Carmen, de esta gran mancha de cemento en el estado de México. La losa está colgada y se desgaja como si fuera carbón, sus muros se mueven. Incluso, salen árboles de eucalipto en el techo de la escuela, refiere Jazmín Sánchez, tía de uno de los alumnos de este centro.

Ante las penosas condiciones del plantel, los niños viven enfermos, pues la humedad provocada por las permanentes goteras y los hongos de salitre que han infestado las losas los mantienen con males respiratorios y con infecciones en la piel.

Pero no sólo eso, hoy la escuela representa un peligro para sus más de mil alumnos, según las denuncias de los padres de familia. Advertencia que, incluso, cuenta con un soporte técnico, ya que los tutores acudieron a la Universidad Nacional Autónoma de México en busca de apoyo.

Estudiantes de la Facultad de Arquitectura acudieron al llamado, como parte de las funciones de la institución de dar solución a los problemas de la sociedad. En dicho estudio, supervisado por profesionales del ramo, se advierte: El levantamiento se realizó en la totalidad de los muros y las columnas que conforman las aulas de todos los edificios (de la escuela) y observamos que existen algunos que no sólo por su magnitud pueden considerarse peligrosos, sino también porque llevan direcciones opuestas en un mismo elemento.

En los cinco dictámenes estructurales se alerta sobre el desplome de los muros, la deformación de los mismos, agrietamientos severos, excesiva filtración en las losas, pandeos excesivos de las paredes. Ante ello, se concluye que las fallas estructurales no sólo se encuentran en los elementos divisorios y en los acabados; lo preocupante es que la estructura misma no corresponde al tipo de suelo que tiene.

Pese a ello, las autoridades del gobierno mexiquense se han negado a reconocer los daños estructurales que presenta la escuela. Maclovio Zurita, de Atención a Grupos Vulnerables, nos dijo incluso que ellos se hacen responsables si pasa alguna desgracia, dijo por su parte Pedro Ángeles Palma, otro de los padres de familia.

Relata que la respuesta de la autoridad fue encubrir el problema, porque en lugar de atender la principal exigencia de la comunidad, que es la de reconstruir la escuela desde sus cimientos, aplanaron y pintaron las losas para que el deterioro no se vea. Mientras que Jorge Sánchez, jefe del departamento de gobierno del estado, nos dijo que no nos iban a entregar una escuela nueva para que nos fuéramos a vivir ahí.

El plantel fue fundado hace más de 30 años. La actual directora, María Guadalupe Gloria Ayala, lleva 22 años en la escuela, de los cuales 15 ha tenido el cargo directivo. En lugar de defender su colegio apoya a la autoridad y de hecho se le vincula con el PRI y el SNTE, expresa Jazmín Sánchez.

Entre tanto, el pequeño Isaac dice: Mi escuela está bien fea. En el patio nos tropezamos y donde ponen los carros de los maestros está bien planito. Su madre, Manuela Camarero, está angustiada, porque al pasar a segundo grado a su hijo le tocará por desgracia el edificio A, de más alto riesgo, pero dice que no tiene otra alternativa más que mandarlo ahí, porque todas las escuelas del Valle de Chalco están igual.