Aviñón, Francia, 21 de julio. La versión 63 del Festival de Aviñón no cesa de denunciar la violencia en el mundo: en Des témoins ordinaíres (Testigos ordinarios), el coreógrafo Rachid Ouramdane hace oír la voz de las víctimas de tortura, oponiéndoles un conmovedor contrapunto de danza.

El espectáculo se presenta en la cartuja de Villeneuve-lez-Avignon hasta el 28 de julio. Casi paralelamente (del 26 al 29), en el palacio de los Papas, Ouramdane bailará Loin... (lejos), un solo en el que sigue los pasos de su padre, argelino enrolado en el ejército francés durante la guerra de Indochina.

La guerra es evocada también en su obra más reciente, para cinco bailarines, Des témoins ordinaíres, que aborda específicamente genocidios y tortura.

En colaboración con la documentalista Jeeny Teng, gracias a asociaciones de ayuda a los refugiados políticos encontradas durante sus giras y viajes, Rachid Ouramdane se reunió con víctimas de actos de barbarie en Brasil, Kurdistán, Ruanda y Chechenia.

El Festival de Aviñón concluirá el 29 de julio.