Petróleo
Martes 21 de julio de 2009, p. 27
China National Petroleum Corp. (CNPC), principal compañía petrolera del país asiático y matriz de PetroChina, que cotiza en bolsa, hará una oferta para comprar 75% de la petrolera argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), de la cual más de 84% es propiedad de la española Refinería de Petróleos de Escombreras Oil (Repsol), según informó el diario South China Morning Post, citando fuentes confidenciales.
Repsol reiteró la semana pasada que lleva varios meses en pláticas con empresas respecto de vender una parte de YPF y que ha recibido propuestas de varias firmas interesadas. Sin embargo, un vocero dijo la semana pasada que Repsol sólo tiene expresiones de interés
, pero no ofertas firmes.
Si CNPC presenta una oferta formal por 75% de YPF, cuyo valor se ubicaría en unos 14 mil millones de dólares (mdd), sería la mayor adquisición china de activos petroleros a la fecha y elevaría la posición de ese país en uno de los mercados más grandes de América Latina.
Si bien el potencial de producción de Argentina es limitado, pues en 2008 apenas fue ligeramente superior al consumo, con 700 mil barriles diarios, YPF tiene gran presencia en el mercado interno, pues en 2008 representó 30% de la producción de petróleo y 25% de la de gas en ese país. Cuenta con reservas de petróleo y gas de poco menos de 2 mil millones de barriles de petróleo equivalente.
Para CNPC, el acuerdo no sólo cumpliría con la meta de Pekín de expandir el acceso chino a reservas de energía extranjeras, sino también el objetivo corporativo de construir un negocio de estatura internacional, rivalizando con empresas extranjeras del ramo.
CNOOC, la otra empresa petrolera estatal china, que se enfoca sobre todo en activos internacionales, también ha considerado tener una participación de 25% en el negocio, según una nota anterior del mismo diario.
Comprador precavido
YPF está lejos de ser un negocio atractivo. Su rentabilidad se ve afectada por la regulación de precios del país y los altos impuestos a la exportación. Las disputas laborales locales, los altos costos fijos y la madurez de sus activos también desanimarían a muchos inversionistas.
Con el respaldo de los 2 billones de dólares de la reserva monetaria de China, es improbable que esas preocupaciones desalienten a CNPC o CNOOC de seguir la instrucción de procurarse más producción de petróleo y gas en el extranjero para atender la creciente demanda china. La seguridad del abasto ha sido la fuerza impulsora de una cadena de acuerdos petroleros firmados por Pekín este año con Rusia, Kazajistán, Venezuela y Brasil.
Los activos de YPF están ubicados en las sondas de Neuquén, el Golfo de San Jorge, Noreste, Austral y Cuyana. Estos campos representan más de la mitad de la producción argentina de petróleo y gas: la extracción neta de petróleo de la empresa en 2008 fue de 313 mil barriles por día, y la de gas, de 17 mil 200 millones de metros cúbicos. Es también la principal firma refinadora del país, que opera tres instalaciones con capacidad de 319 mil 500 b/d, además de poseer 49.5% de acciones del complejo Refinor.
No es probable que CNOOC y CNPF compitan directamente por YPF. La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR), organismo chino encargado de la planeación económica, será la que decida cuál de las dos ofertas prevalecerá, si bien la competencia entre las dos empresas estatales por obtener la aprobación oficial es intensa.
Entre tanto, la Corporación de Petróleo y Gas Natural de India y compañías rusas también han surgido como compradoras potenciales de una participación en YPF, según una nota en La Gaceta, periódico español de negocios, y cualquiera de ellas podría aparecer en la primera fila de postulantes.
Golpe maestro
Repsol ha dejado ver con claridad que desea vender por lo menos parte de su participación en YPF, y sus motivos son evidentes. Si bien en 2008 YPF representó 64.7% de la producción del grupo y 53.7% de sus reservas netas de crudo, ha sido una especie de cáliz de veneno desde que adquirió la participación, hace 10 años, pues su rentabilidad se ve afectada por los bajos precios domésticos del gas, los altos gravámenes a la exportación y los erráticos volúmenes.
En su momento se consideró un golpe maestro la adquisición de YPF por Repsol, por 15 mil mdd, luego que aquélla fue parcialmente privatizada al principio de la década. La compra duplicó el tamaño de la empresa, que cambió su nombre a Repsol YPF. Pero las cosas cambiaron tres años después, cuando la economía argentina entró en caos. Repsol quedó con un montón de deudas, por los préstamos que había pedido para la compra, y con una filial atrapada en una economía devastada por la hiperinflación. Además, los controles de precios obligaron a YPF a vender su petróleo y su gas a una tercera parte de los precios internacionales.
Así, cuando Antonio Brufau fue designado presidente de la compañía, en 2004, decidió reducir la actuación de la firma española en Argentina. Su solución inicial fue vender una participación de 15% a un grupo encabezado por el banquero argentino Enrique Eskenazi y prepararse a colocar otro 20% en la bolsa de Buenos Aires.
La primera parte de ese acuerdo se completó en mayo de 2008, pero los planes de colocar acciones en bolsa se abandonaron en noviembre de ese año, en vista de la turbulencia general del mercado.
Vender toda o parte de su inversión en YPF ayudará a Repsol a obtener fondos para su objetivo estratégico de reducir sus negocios en América Latina, donde varios gobiernos han emprendido políticas de nacionalización de recursos petroleros y controles de precios en el mercado interno.
Según su estrategia a mediano plazo, Repsol pretende ubicar 55% de sus activos en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos hacia 2012, con 31% en América Latina y 14% en Trinidad y Tobago y otras partes. Actualmente sus mayores reservas están en Argentina (54%), Trinidad y Tobago (235), 15% en otros países sudamericanos (Venezuela, Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia), 6% en Noráfrica (Argelia y Libia) y 2% en el Golfo de México.
China podría enfrentar cierta oposición interna en Argentina a la adquisición de YPF, pues el gobierno del país latinoamericano ha expresado el deseo de que la porción mayoritaria pase a control de argentinos. Sin embargo, esta posición podría tener flexibilidad.
Por su parte, Brufau estará feliz si logra deshacerse de YPF al valor que se ha informado. Pero el acuerdo es una navaja de dos filos para las trasnacionales del petróleo: es bueno tener compradores chinos con dinero en los bolsillos cuando se trata de vender, pero también hay que competir con ellos si se quiere comprar.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya