Duelos colectivos
sí como existe la elaboración del duelo individual e intransferible –qué hacer con mi sentimiento de pérdida de un ser querido o incluso de un objeto apreciado–, debería diseñarse la elaboración de duelos colectivos, de determinadas prácticas en grupo, más allá de funerales modestos o suntuosos que ayudaran a aceptar esas pérdidas.
El escritor liberal mexicano José Rosas Moreno (1838-1883) advirtió: Mi gloria es humo, ¿no ves que brillando me consumo?
, pues todo indica que esa gloria es aún más celosa que los mismos humanos y que si a algunos los mece un tiempo en sus brazos, inmisericorde los suelta cuando decide, no sin antes cobrarles por el sueño.
Michael Jackson. En permanente conflicto con sus demonios, con su padre y con su color de piel, el personaje quiso romper, sin lograrlo, con todo ello, y en el intento echó mano de sus talentos dancísticos y musicales, del show business estadunidense, del marketing trasnacional y de… una ciencia médica frívola e irresponsable.
¿El resultado? Un ídolo de rostro caricaturizado y blancuzco en un cuerpo siempre protegido –sus fans nunca vieron sus mágicas piernas al descubierto–, no sólo del sol, sino de la luz de los escenarios, pues la menor exposición le provocaba severos problemas en la piel por carecer de protección contra los rayos ultravioleta. Para colmo, tantas cirugías seudoestéticas lo volvieron adicto a demasiados calmantes. Y brillando se consumió.
El PAN. Ojalá toda la fe religiosa de que alardea este partido político sirviera a sus miembros para un maduro examen de conciencia, dolor de corazón y propósito de enmienda
, luego de la bofetada recibida en las recientes elecciones. Fue el repudio colectivo a tantas ineptitudes más que adhesión al priísmo especulador. Pero comprobados están los trastornos que el poder causa en el espíritu humano, creyente o no. Es la soberbia de sentirse elegidos, doblegada por una naturaleza no elegida
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Futbol mexicano. Sinónimo de frecuente autodenigración masiva, de reiterado desengaño colectivo, de imprudente manejo mediático y publicitario, y de obligada comparación con los países que sí ganan; la organización del futbol profesional arroja mediocres resultados y millonarias utilidades para unos.
La reveladora patada del director técnico Javier Aguirre a un jugador en pleno juego, como síntesis de la impotencia individual y colectiva, urgida de lucidez para ya no seguir elaborando duelos evitables.