El diputado electo Javier Corral Jurado consideró necesario redefinir la relación del Partido Acción Nacional (PAN) con las autoridades, pues se ha permitido la intervención directa del Presidente de la República y del equipo compacto de Los Pinos en ámbitos que corresponden en exclusiva al blanquiazul, con lo que se ha reditado la simbiosis inmoral e ilegal entre PRI y gobierno.

Admitió que la crisis económica fue una de las principales causas que redujeron la votación por los panistas, pero nuestra actuación y la falta de visión de Estado en la conducción del país han colaborado ampliamente a un desafecto ciudadano.

“Terminamos haciendo varias cosas que le criticábamos al PRI: esas alianzas con sectores cuestionados del viejo régimen; el mantenimiento del sistema corporativo, clientelar y autoritario del tricolor; ese ‘borrón y cuenta nueva’ con los gobernadores (Mario) Marín, Ulises Ruiz y Fidel Herrera, y la protección a la televisión, que lo único que ha dejado es que (Enrique) Peña Nieto sea candidato casi ineluctable del PRI”, enfatizó.

¿Candidato señuelo?

Al referirse a César Nava, único aspirante a la presidencia del PAN que ha registrado su candidatura, dijo que es un elemento valioso en el partido, inteligente y capaz. Pero más allá del michoacano, lo cuestionable son las condiciones en que se realiza su lanzamiento y la intervención del gobierno en esa decisión.

Con todo respeto para el diputado electo, añadió, él no podría garantizar al partido autonomía frente al presidente Felipe Calderón, porque acaba de dejar de ser su secretario particular. No tiene el empaque o la fuerza que se necesita para que, siendo respetuoso colaborador y apoyador del mandatario, también delimite el ámbito exclusivo y autónomo del blanquiazul.

Estimó que la candidatura oficial de Nava podría no ser la definitiva, y consideró que se trata de un señuelo para sondear el terreno, porque quieren hacer las cosas de manera distinta, pero en la forma, no en el fondo.

En entrevista con La Jornada, aseveró que uno de los temas esenciales a discutir en el PAN, a raíz de los resultados del 5 de julio, es precisamente la relación partido-gobierno, porque en ese vínculo de cooperación, apoyo y respaldo a la administración pública federal también deben quedar establecidos los límites entre los ámbitos de uno y otro. Afinando ese vínculo se resuelven muchos problemas, añadió.

Especialista en medios de comunicación, consideró que se desdibujó el planteamiento original de Germán Martínez, dirigente saliente del blanquiazul, en torno a que el PAN debe respaldar a sus gobiernos y al mismo tiempo establecer una relación en la que se respeten sus espacios de acción.

“Esa separación se hizo en el discurso, pero en la práctica no se operó, y se permitió que en áreas exclusivas del partido intervinieran directamente el Presidente y el equipo más compacto dentro de Los Pinos.

Eso tensa las relaciones internas y fractura la armonía, porque pone en práctica un hecho que nosotros criticamos ampliamente en el pasado al PRI: esta simbiosis inmoral e ilegal de partido-gobierno y la intromisión del entonces presidente-primer priísta del país, explicó.

El legislador electo Javier Corral Jurado criticó la protección oficial a las televisoras. Señaló que César Nava no garantiza la autonomía del PAN ante Felipe Calderón. Afirmó que con Elba Esther Gordillo la educación se encuentra en un nivel similar al de Ghana y KeniaFoto Carlos Ramos Mamahua

Sin duda, Felipe Calderón tiene derecho de opinar y participar, de intervenir y tratar de influir en las decisiones del PAN, abundó. Sería un despropósito plantear lo contrario. En cualquier país del mundo democrático, sobre todo en naciones de Europa, el ministro, el jefe de gabinete, influye decisivamente en el nombramiento de los dirigentes del partido, pero cuando fallan estos nombramientos, el partido retoma su propia conducción. Creo que estamos en esa circunstancia, expuso.

No se trata de pelearnos con Calderón ni de desligarnos del gobierno, aclaró. Ése sería un despropósito. Él tuvo mano hace dos años y no funcionó la estrategia, incluso hubo un abuso de ciertas facultades: las designaciones directas que se esgrimieron para buscar candidatos competitivos, de mayor perfil, terminaron en personajes cercanos al equipo gobernante y a la dirigencia del partido; resultaron familiares de gobernadores, presidentes municipales, diputados, esposas, hermanas.

En ese contexto, agregó que el Presidente debe corresponder ahora a la generosidad con la que actuó el partido hace dos años y dejar que el PAN tome sus decisiones y relance su agenda de cambio en el país. De no hacerlo, advirtió, se fracturará la armonía del instituto político.

Corral Jurado señaló en otra parte de la entrevista que hay que poner un límite al pretexto de la gobernabilidad que han esgrimido las autoridades federales para justificar sus alianzas con los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, y de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, y con otros sectores, pues tal argumento ha generado reformas muy pobres, inacción en muchos temas y complicidades vergonzantes.

Por ejemplo, los índices de calidad educativa son similares a los de Ghana y Kenia, lo que muestra que de nada han servido los acuerdos con Elba Esther Gordillo, ni los de Vicente Fox ni los de Calderón, expresó.

Resaltó que detrás del argumento de la gobernabilidad, la realidad es que terminamos acobardándonos y en una alternancia que convivió con el viejo régimen. Ahora estamos pagando la omisión de no haber desmantelado las estructuras autoritarias, clientelares y corporativas del PRI.

Voto en blanco potencial

Mencionado como posible candidato a la presidencia del PAN, explicó que este lunes tomará una decisión al respecto.

No obstante, adelantó que lo desaniman las condiciones en que se publicó la convocatoria para la elección del dirigente nacional, pues por dar una batalla importante se puede terminar avalando un proceso predeterminado, en lugar de generar realmente un movimiento de concientización.

Corral y otros destacados panistas analizan si participan en la contienda y, de no hacerlo, la posibilidad de que sus seguidores –un tercio del Consejo Nacional, órgano encargado de elegir al presidente del partido– voten en blanco.