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Ejecutaron 2 mil talibanes con la anuencia de EU, acusa ONG

Exigen indagar el bloqueo de Bush a las pesquisas sobre crímenes en Afganistán
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de julio de 2009, p. 21

Nueva York, 17 de julio. La organización Médicos para los Derechos Humanos, instó al Departamento de Estado estadunidense a investigar por qué la administración del ex presidente George W. Bush bloqueó tres indagaciones sobre crímenes de guerra en Afganistán.

Al menos 2 mil combatientes del movimiento islamita Talibán fueron asfixiados en contenedores o ejecutados a tiros, y luego enterrados en fosas comunes por las fuerzas afganas con la ayuda de las estadunidenses.

Médicos para los Derechos Humanos, que descubrió la fosa común en 2002, hizo un llamado para realizar una investigación penal. El grupo sostiene que documentos del gobierno a los que tuvo acceso indican que los cadáveres fueron enterrados en el desierto de Dasht-e-Leili, cerca de la ciudad Sheberghan. También acusa a un señor de la guerra afgano, el general Abdul Rashid Dostum, al parecer contratado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de ser responsable de la matanza.

Nuestros investigadores documentaron una aparente fosa común con lo que serían miles de cadáveres de prisioneros asesinados por asfixia en camiones. Eso pasó en 2002. Siete años después, todavía estamos buscando respuestas sobre lo que ocurrió exactamente y sobre quién estuvo involucrado, señaló Susannah Sirkin, subdirectora de la organización.

Se calcula que los asesinatos masivos ocurrieron a fines de noviembre de 2001, pocos días después de la invasión liderada por Estados Unidos para derrocar al talibán. Miles de combatientes se rindieron ante las fuerzas de Dostum, que integraban la Alianza del Norte.

Sobrevivientes y testigos dijeron a The New York Times y a la revista Newsweek en 2002 que durante tres días los prisioneros fueron encerrados en contenedores de metal cerrados sin agua ni alimento. Muchos murieron asfixiados, y otros asesinados a tiros.

La organización señala que el gobierno de Bush impidió que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y otras dependencias realizaran averiguaciones, y nunca ordenó una investigación completa.

El periódico The New York Times hizo la revelación a comienzos de este mes en un artículo del periodista James Risen, ganador del premio Pulitzer. El desprecio de la administración de Bush por el imperio de la ley y las Convenciones de Ginebra derivaron en la tortura a prisioneros en (la prisión de la base militar en) Guantánamo y en muchos otros lugares secretos, señaló Nathaniel Raymond, investigador de la organización sobre Dasht-e-Leili.