La Habana, 13 de julio. El cadáver del sacerdote español Mariano Arroyo, de 74 años, fue hallado el lunes en su parroquia frente a la bahía de La Habana, donde al parecer fue asesinado, informó el arzobispado de la capital.

En febrero pasado otro sacerdote español, Eduardo de la Fuente, de 59 años, párroco en el popular barrio de Lawton, fue encontrado muerto en un paraje de las cercanías de La Habana, víctima de un asesinato, mientras que su auto apareció incinerado en un cañaveral, a varios kilómetros de distancia.

Según los últimos informes disponibles, hay unos mil 200 sacerdotes y religiosos católicos en Cuba, en su mayoría extranjeros.

Las acciones delictivas y los hechos de violencia no se informan públicamente en Cuba, salvo algunas excepciones, por lo que no hay datos disponibles para reflejar con certeza su magnitud o frecuencia, pero algunos casos de especial notoriedad, como el de los dos sacerdotes extranjeros, se conocen rápidamente, al referirse de boca en boca.

Los primeros informes indican que fue asesinado, dijo el arzobispado en una nota de prensa. Elizardo Sánchez, líder de la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, informó que Arroyo fue apuñalado, tenía las manos atadas y parte del cuerpo quemado.

El clérigo había trabajado en Chile y España antes de llegar en 1997 a Cuba, donde sirvió en una parroquia de la capital. En 2004 fue asignado al Santuario Nacional de la Virgen de Regla, la imagen católica que en el culto popular yoruba se sincretiza en el orisha Yemayá, la deidad dominante de los mares.

La doble referencia religiosa del templo, ubicado en el poblado industrial y portuario de Regla, hace que el lugar sea eje de una nutrida afluencia de creyentes, que alternan el culto católico con la devoción afrocubana. Arroyo había desarrollado un particular carisma hacia la religiosidad popular y el sincretismo religioso, dijo un comunicado del arzobispado de La Habana.

Durante su estancia en Cuba, Arroyo también había asesorado a un grupo de sindicalistas católicos y había dirigido un centro de estudios religiosos.