Montreal, 13 de julio. Terminó la edición 30 del Festival Internacional de Jazz de Montreal. Tres décadas celebradas con más de 500 conciertos, unos gratuitos y otros con entradas a precios casi simbólicos, 13 días de música y alegoría, adornados con la presencia de artistas de jazz, blues, rock y electrónica, como Stevie Wonder, Jeff Beck, Tony Bennett, Kool and The Gang, Vieux Fark Toure, Al di Meola, Oumou Sangare y The Orb.

Los principales encargados de dar el cerrojazo fueron el estadunidense Ben Harper, con su soul pop jazzístico instrumental, los cubanos Afro Cuban All Stars y Los Van Van, así como la mexicana Magos Herrera, quien cumplió el sueño de presentarse en este encuentro.

Magos, con una banda conformada por el baterista Alex Kautz, el contrabajista Peter Slavof, el pianista Elio Alves y las hermanas Ingrid y Jenny Beaujean (en los coros), deleitó a los asistentes en el escenario contiguo al principal. Fue una sesión más bien íntima, que como aperitivo preparaba los tónicos para los cocteles de sabrosura que ofrecerían los combos cubanos en una fiesta, a la que asistieron unas 100 mil personas.

Lánguida figura

La lánguida figura de la mexicana –que ahora vive en Nueva York– perfumó la calle donde se ubica el edificio que alberga la dirección del festival. Siete rolas (Rencuentro, Tus ojos, Alegría, Delirio, Veracruz y La soberana) que erizaron la pielecita y que fueron colofón para cerrar un día en el que la lluvia amenazó. Salió el sol, que es una ventaja. Además, es encantador actuar ante gente de todo el mundo, porque en México hay conocimiento y cariño, pero acá no me conocen y prevalecen los juicios, remató la intérprete al final de su concierto, del que salió muy bien librada.

La fiestesota, como se dijo, la dieron los combos habaneros: el dirigido por Juan de Marcos, de los Afro Cuban (artífice también del Buena Vista Social Club, más que Ry Cooder, a quien por su piel blanquita le dicen el creador), y el de su tocayo Juan Formell, ambos instituciones en la música popular cubana, a quienes les bastaba alzar la mano para movilizar a un ente multirracial que pareció, con su grita y su baile, devorar la plaza pública de Montreal.

Se armó la bulla

Chan chan, Guajira, entre otros temitas, hicieron la bulla con los Afro Cuban, asere, en este encuentro verdaderamente pasional. Una cubana del público se subió a bailar al escenario e incitó al auditorio a que la siguiera aunque fuese en un espacio reducido. Una hora de sabrosura habanera, secundada por los llamados Rolling Stones de Cuba: Los Van Van, con toda su timba escandalosa.

Miles de latinos se unieron a los grupos en su ágape de candela pura, que terminó con la clausura y más de 15 minutos de juegos artificiales y la promesa de que el año que viene será mejor; al menos así lo prometió en entrevista con medios mexicanos uno de los creadores del festival, André Menard, quien además aseguró que en la próxima edición también habrá artistas de México. Quisiera hasta traer a Vicente Fernández (a quien tuvo la oportunidad de escuchar y le gustó, en Puerto Vallarta, donde pasó unas vacaciones), expresó en un tono medio de broma.