Dallas, 13 de julio. El Tricolor viajó a Dallas, Texas, tras descansar luego de la victoria 2-0 sobre Guadalupe. El ambiente del plantel fue más relajado, porque, como reconoció el técnico Javier Aguirre, se ganó tranquilidad y la presión disminuyó.

Ahora comenzará una importante semana de trabajo para afinar el funcionamiento. Asimismo, el tiempo será fundamental para recuperar a Carlos Vela y Guillermo Franco. El jugador del Arsenal se lastimó el tobillo derecho en el partido contra Nicaragua, mientras que el ex delantero del Monterrey, quien llegó en sustitución de Omar Arellano (baja por fractura), aún no se encuentra en ritmo, al venir de un periodo vacacional.

El Vasco Aguirre, quien cumplió el primero de sus tres partidos de castigo, dijo que por ahora nada sabe sobre Haití, su rival en cuartos de final, pero ya tengo los videos en mi habitación, esta semana comenzaremos a analizarlos, pero sobre todo a afinar nuestro equipo, hubo muchas cosas que me gustaron, repito, pero siempre hay otras por mejorar, aspectos que corregir y pulir, indicó.

Tras agotarse la primera ronda, Estados Unidos fue el equipo más ofensivo de la Copa Oro, un torneo que ha sido más bien gris. El cuadro dirigido por Bob Bradley anotó ocho goles y sólo recibió dos, a pesar de participar con un plantel B; sin embargo, hay siete jugadores que con dos anotaciones encabezan la lista de romperredes.

Miguel Sabah, de México; Blas Pérez y Luis Tejada, de Honduras; Osael Romero, de El Salvador; Carlos Costly, de Honduras; Stuart Holden, de Estados Unidos, y Ali Gerba, de Canadá, han sacudido las redes enemigas.

No obstante, pese a ser el torneo más importante que se juega en Estados Unidos cada dos años, la décima edición ha encontrado poco eco en la prensa deportiva local, salvo en los medios de habla hispana, que han tomado el certamen como cosa propia. La mayoría sigue a pie firme el transitar de la selección mexicana, como si el resto de los equipos no existiera.

Ni el accionar del equipo local, invicto en sus tres presentaciones, ha servido para despertar el interés de los medios estadunidenese, ocupados más en las vicisitudes del próximo Juego de Estrellas de las Grandes Ligas de beisbol, los devaneos de Lance Armstrong en el Tour de Francia o las contrataciones en la NBA. Hasta el momento, el promedio de asistencia a los estadios han sido de 20 mil fanáticos.

Ello, a pesar de que el equipo anfitrión llegó a este torneo precedido de un inesperado segundo lugar en la Copa Confederaciones, donde estuvo a 20 minutos de conseguir la hazaña de ganarle la final a Brasil, tras eliminar en semifinales a España.