El taquillero Tri salvó a Aguirre de una sanción mayor
n el juego Panamá-México, al Vasco le salió lo Aguirre. El chiste puso a temblar a las televisoras, a los federativos y al equipo entero, pero la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol no quiso apuñalar
con una ejemplar sanción al equipo más taquillero de la Copa Oro, un Tri que de por sí anda mal y para inmolarse no requiere ayuda.
Muchas cosas quedaron claras. Por fin se supo qué hace Manuel Vidrio en el cuerpo técnico tricolor. El ex zaguero tapatío es de temperamento violento y lo mostró en el penoso incidente con el panameño Ricardo Phillips: se erigió como un eficiente guardaespaldas del seleccionador y su prestancia mereció la multa de 25 mil dólares para la Federación Mexicana de Futbol (FMF) por mala conducta en la banca.
Aguirre estaba en su trono, daba conferencias con falsa camaradería, evitando mayor contacto con la prensa. También impuso severas reglas de disciplina entre sus pupilos, que sólo una vez fueron a las tiendas, pues la idea era evitar a la gente. Tampoco pueden conceder entrevistas exclusivas y hasta les recomendó no leer la prensa mexicana. Sobra decir que los horarios para entrenar y comer debían ser exactos.
Con su patada a Phillips y su castigo de tres partidos, el técnico se volvió mortal, un tipo capaz de perder la cabeza. Y como no hay mal que por bien no venga, los tricolores encontraron el suceso justo para sacudirse la presión, mejoró la unión de grupo con una hermandad que no había, y hasta la suerte les sonrió ante Guadalupe, que dejó en la banca a dos de sus delanteros titulares, lo que facilitó la victoria, y México irá ante Haití en cuartos de final.
Pero al Tri le siguen faltando variantes. El Venado Medina es intermitente, se prende y apaga solito; Carlos Esquivel tuvo destellos; los delanteros Bravo y Dos Santos siguen peleados con el gol. Sabah mejora. La esperanza yace en la pronta recuperación no tanto de Carlos Vela como del Guille Franco. La buena nueva es que Torrado anotó y no recibió cartón amarillo.
Jorge Vergara se está convirtiendo en un directivo repudiado. Está más concentrado en los temas económicos que en el equipo. Otra vez no hubo refuerzos, pero su mente no deja de trabajar en los temas económicos; presentó su nueva playera, lista para la comercialización, en la cual cambió el escudo sin imaginar el rechazo que generó. La afición está harta de sus diseños de moda, su poco respeto a la historia del club y la nula inversión en el plantel.
Los seguidores rojiblancos tampoco están conformes con Francisco Ramírez en el banquillo. El estratega está lejos de ser carismático y arrancó con el pie izquierdo su gira europea (derrota y empate). El panorama hacia el torneo Apertura 2009 luce incierto, pero Vergara tiró de a loco al técnico cuando solicitó un refuerzo para remplazar al lesionado delantero Omar Arellano.
Las obras del nuevo estadio están tan atrasadas que han puesto fuera de quicio a la consorte de Vergara, Angélica Fuentes, quien prohibió hacer declaraciones al respecto a la constructora. Todo apunta a que estará listo hasta 2010. Fuentes dijo que se cambió de sede el clásico ante América por decisión de la FMF; de inmediato la desmintieron en Coapa y en la federación, pues fue Chivas el que pidió la modificación.
América tampoco ve la suya. La directiva que encabeza Michel Bauer se ha demorado en la contratación de refuerzos. En el caso del defensa colombiano Aquivaldo Mosquera, ¿cuál fue el negocio, quién ganó y quién perdió? En Sevilla ya daban por perdidos los 8 millones de euros que pagaron a Pachuca por él, pero lo vendieron sin chistar cuando el equipo amarillo puso 4.2 millones de euros sobre la mesa.
Las Águilas iniciaron con derrota su tour por Estados Unidos, cayeron 0-1 ante Salt Lake. El pretexto puede ser la falta de ritmo, pero o mejoran o están condenadas a hacer el ridículo ante equipos como el Milan y el Chelsea. El número 10 que con honor cargó durante años la abultada espalda del Cuau fue desempolvado y concedido a Salvador Cabañas, el mejor hombre del plantel, pero muy lejos del carisma de Blanco.