Lima, 12 de julio. En medio de crecientes protestas sociales y enfrentamientos con indígenas de la Amazonia, el presidente de Perú, Alan García, renovó hoy de nueva cuenta parte de su gabinete ministerial. Desplazó a figuras centroizquierdistas aliadas y se refugió en sectores más conservadores.

Alan García cambió a seis de sus 15 colaboradores inmediatos, empezando por el primer ministro, el centroizquierdista Yehude Simon, quien fue remplazado por Javier Velásquez, legislador del gobernante Partido Aprista Peruano (PAP), que presidía hasta ahora el Congreso.

También se alejaron del gobierno Mercedes Cabanillas, de la cartera de Interior, y Ántero Flores Araoz, de Defensa, dos funcionarios severamente cuestionados por la represión lanzada contra las diversas protestas que cubren casi todo el territorio.

Ésta es la segunda vez que, forzado por una crisis política, Alan García cambia parte de su gabinete. En octubre de 2008 el entonces primer ministro Jorge del Castillo y sus colaboradores renunciaron en bloque, después de que la prensa difundió grabaciones que revelaban corruptelas en las negociaciones de contratos con el Estado.

Del Castillo fue relevado entonces por Simon, gobernador de la región de Lambayeque y ex diputado izquierdista que en los años 90 fue encarcelado por su presunta relación con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.

Las protestas sociales se multiplican por todo el país

El crecimiento de las protestas sociales, relacionadas con falta de empleo, bajos salarios, establecimiento de leyes que amenazan la propiedad de tierras y los recursos naturales de las comunidades indígenas andinas y amazónicas, así como los reclamos ambientalistas de poblaciones afectadas por la minería, impulsaron al gobierno a imponer mano dura antes que aceptar la atención de las demandas.

Javier Velásquez, nuevo primer ministro peruanoFoto Reuters

Un informe de la Defensoría del Pueblo señala que en junio había 273 conflictos sociales en todo el territorio y en octubre de 2008, cuando Simon asumió la presidencia del Consejo de Ministros, 189.

Fue por un conflicto social que García tuvo que cambiar el gabinete de Simon. Se trata del desalojo violento, concretado el 5 de junio por un contingente de policías, de indígenas y pobladores de la localidad amazónica de Bagua, quienes protestaban contra las llamadas leyes de la selva.

El choque concluyó con la muerte de al menos 33 personas, pero el anuncio de la renuncia del gabinete de Simon no apaciguó las movilizaciones. Los días 7, 8 y 9 de julio, agrupaciones sindicales y sociales, así como partidos de oposición, realizaron una huelga que se concentró en el sur andino y la selva amazónica. Esta vez la capital del país no fue el escenario principal.

Con ese telón de fondo, Alan García recurre a un militante del partido en el gobierno para recomponer su gabinete.

Velásquez es legislador desde 1995 y no ha ocupado cargos de importancia en la cúpula del PAP, donde milita desde 1980, cinco años antes del primer gobierno de García (1985-1990).

Su presidencia del Congreso, que ejerce desde julio de 2008, ha sido cuestionada. De hecho, se negó a derogar las leyes que motivaron la rebelión de los indígenas amazónicos y castigó a siete legisladores de la oposición que se declararon en huelga de hambre en apoyo a los nativos.

Para García, los conflictos sociales son azuzados, estimulados o manipulados por personas supuestamente financiadas por el movimiento político que lidera el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Precisamente antes de instalar el nuevo gabinete, Alan García se refirió al conflicto ideológico sudamericano, cada vez más activo e invasivo, en alusión a una supuesta intromisión del chavismo.