El Observatorio para la Protección de los Derechos Humanos solicitó la intervención urgente del presidente Felipe Calderón, así como del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y del procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, por el caso del arresto arbitrario y la agresión policiaca que sufrió José Emilio Nandayapa Déciga, activista cultural por la libertad de expresión.

El observatorio, que es un programa conjunto de la Organización Mundial contra la Tortura (Omct) y de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), denunció que tiene información de que el pasado 27 de junio, aproximadamente a las 2 de la mañana, Nandayapa Déciga “fue interceptado por dos agentes de la policía municipal de San Cristóbal de las Casas, quienes le pidieron que se detuviera para una ‘revisión de rutina’.

“Lo dejaron ir porque no le encontraron nada, pero minutos más tarde otra camioneta de la misma corporación le salió al paso, de la que descendieron tres agentes –uno llamado Juan Carlos–, quienes lo forzaron a subir al vehículo y acostarse boca abajo, con las manos detrás de la cabeza. Fue golpeado, pateado, le pisaron la espalda, la cabeza y las piernas. Mientras lo agredían le decían: ‘qué bonito peinado subversivo tienes, ahí está tu revolución, saca las armas y las drogas’.”

El observatorio denuncia que, después de una hora de maltrato, Nandayapa “perdió el conocimiento. Lo arrojaron a un charco con lodo y al recobrar el sentido se percató de que se encontraba en la Plazuela de Mexicanos.

Ese mismo día, junto con sus familiares, se presentó al Ministerio Público para denunciar los hechos, donde se levantó el acta administrativa 001946/AL54-T1/ 2009. Al término de la declaración, el fiscal Juan Carlos Arismendi pidió a Nandayapa y a Walter Vicente Nandayapa Ferrer, su padre, que se dirigieran ante el comandante de la policía ministerial, Armando Burguete, quien podría ayudarlos a identificar a los policías responsables.

Según su testimonio, cuando se dirigían a la comandancia, dos personas vestidas de civil empezaron a insultarnos, y cuando llegó el comandante se negó a atenderlos. En ese momento, Burguete jaló a Walter e intentó encerrarlo, con el pretexto de que quería hablar con él. Lo golpeó y lo insultó. También agredieron a la señora Martha Elena Déciga, madre del joven, la cual tiene un embarazo de cuatro meses.