En Iztapalapa, la opción kafkiana de no votar por Clara Brugada, sino por Rafael Acosta para que ganara Clara Brugada, fue exitosa, porque estuvo acompañada por el movimiento cívico, y eso le va a pesar mucho a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, afirmó el jurista y politólogo Arnaldo Córdova, al participar en una mesa de análisis sobre el proceso electoral, organizada por el PRD capitalino.

Con el resultado de esta elección, dijo que Iztapalapa tiene hoy un valor simbólico en muchos sentidos: es un triunfo de las fuerzas locales del mismo partido que quieren limpiarlo y reconstruirlo, pero sobre todo de los ciudadanos de la delegación porque conscientemente resolvieron un conflicto que estuvo a punto de decidirse en las lobregueces de la burocracia oficial del tribunal (electoral federal) y del partido.

Luego de evidenciar las inconsistencias en la actuación de los magistrados al revocar el registro de Clara Brugada para imponer la candidatura de Silvia Oliva, el también investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México dijo que el caso Iztapalapa deja grandes experiencias para todos; la primera, que los mexicanos supieron reflexionar su voto, y más que un sufragio diferenciado fue el voto más consciente que pudo haberse expresado en toda la elección, en toda la República.

En el acto, realizado en un salón del hotel Sheraton Alameda, al que asistieron la ex candidata perredista Clara Brugada; la presidenta del PRD-DF, Alejandra Barrales, y el senador Pablo Gómez Álvarez, entre otros, el primero en llegar fue Rafael Acosta, candidato del PT ganador de la elección para jefe delegacional de Iztapalapa, quien enseguida repartió entre reporteros, fotógrafos, camarógrafos y hasta personal de resguardo del lugar, bandas tricolor con su sobrenombre, Juanito, iguales a la que lleva casi siempre en la cabeza.

Hoy regalé 600, la gente las porta orgullosamente, comentó, aunque no han faltado los que me han dicho indio y apache, añade sonriente, sin muestra de indignación, y no deja de dar entrevistas. Este voto (el de Iztapalapa) es para Andrés Manuel López Obrador y para el PT, para que no perdiera su registro, y habla de sus personajes históricos: Benito Juárez, Miguel Hidalgo, José María Morelos, cuando era chavito me ponía un paliacate como él.

Pero ante todo, y ante todos, se reivindica como lopezobradorista y hasta corrige a todo aquel que se proclama obradorista, anteponiendo el López.

Barrales le muestra en un teléfono celular una foto de su sobrina con una bandita tricolor en la frente, tú vas a tener la culpa si la corren de la escuela por andar diciendo que es la salvadora de México, le reclamó en tono de broma.

En el foro fue el de la intervención más breve. Andamos un poco roncos por la lluvia que nos ha agarrado, se disculpó, y en su discurso se limitó a agradecer al pueblo de Iztapalapa que votó por la izquierda verdadera. Anunció que la semana próxima iniciará recorridos por colonias, pueblos y barrios, y denunció que la delegación está cortando el agua en algunas zonas donde perdieron sus candidatos, pero van a pedir el apoyo del gobierno central para que lleven el servicio.

Luego escuchó a los políticos y los analistas que de vez en cuando lo mencionaban, y se enderezó en su silla, como cuando Pablo Gómez se lanzó contra los políticos que se dicen demócratas y quienes en los medios de comunicación “se ponen a echar relajo con el tema de Juanito.

Ellos no quieren que haya líderes populares, sólo consejos coordinadores empresariales, agregó en su reclamo el perredista, y adviertió que la legitimidad del mandato no se pone en duda, y está claro que la gente que votó por Acosta lo hizo por Clara Brugada.