México defenderá la política adoptada ante el brote de influenza
Miércoles 8 de julio de 2009, p. 28
Los países más poderosos del mundo junto con un grupo de naciones en desarrollo evaluarán a partir de hoy en L’Aquila, Italia, los alcances de la cumbre del G-20 para paliar la crisis económica mundial e intentará fijar metas para luchar contra el cambio climático.
Previo a este encuentro del Grupo de los Ocho, el Grupo de los Cinco, integrado por México, Brasil, China, India y Sudáfrica se reunirán hoy para definir una postura común en torno al impacto de la crisis económica en el desarrollo, la seguridad alimentaria, la energía y el cambio climático.
El presidente Felipe Calderón viajó ayer rumbo a Italia acompañado de los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens; de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; de Economía, Gerardo Ruiz, y de Medio Ambiente, Rafael Elvira Quesada.
De acuerdo con la Presidencia de la República, Calderón aprovechará el foro para defender la política adoptada por México para afrontar la pandemia de la influenza y abogará por que los países desarrollados tengan voz en la definición de estrategias contra la crisis financiera internacional.
Esta cita del G-8 integrado por Italia, Alemania, Francia, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Canadá y Rusia será un paso intermedio entre las cumbres del G-20 en Londres y en Pittsburg en septiembre próximo. Se prevé que el G-8 decidirá principios y el G-20 transformará dichos principios en regulaciones concretas como reformar el Banco Mundial o reformar el Fondo Monetario Internacional.
En relación con el cambio climático, los países más industrializados se proponen alcanzar un consenso para facilitar el camino de las negociaciones en Copenhage para el acuerdo que sustituirá el Protocolo de Kioto, y que se realizará en Dinamarca en diciembre próximo.
Por el temor de que vuelva a temblar en L’Aquila –donde se han presentado réplicas de hasta tres grados en la escala Richter– se tiene preparado un plan B para trasladar la cumbre a la ciudad de Roma.
El anuncio de manifestaciones contra la cumbre hizo que desde el pasado 28 de junio, Italia suspendiera el Tratado de Schengen, que permite la libre circulación de ciudadanos en la Unión Europea.
A esta medida se une un despliegue de 2 mil 500 militares para garantizar la seguridad en esta reunión del G-8 que se iniciará mañana con la presencia de los presidentes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón, Canadá y Rusia.
Italia ha suspendido temporalmente el Tratado de Schengen para evitar la llegada de manifestantes altermundistas, pero ayer estallaron las primeras protestas. La policía arrestó de forma preventiva a 21 personas por disturbios ocurridos en mayo pasado, y en respuesta, cientos de estudiantes universitarios ocuparon el rectorado de La Sapienza de Roma y seis ateneos más.
Además, la cumbre se realizará en un periodo aciago para el anfitrión, el primer ministro Silvio Berlusconi, quien se ha visto envuelto en el escándalo por las fiestas en su finca y su problemas maritales. Incluso recibió críticas de la Iglesia porque el mandatario ha despreciado el pudor, la sobriedad y el autocontrol
.