Convocan a huelga general indefinida sindicatos que apoyan al gobernante depuesto
Lunes 29 de junio de 2009, p. 24
Tegucigalpa, 28 de junio. El Congreso de Honduras, convocado a sesionar de urgencia por la cúpula de las fuerzas armadas, designó hoy como presidente interino
a Roberto Micheletti, tras haber aprobado la renuncia
del mandatario constitucional, Manuel Zelaya, presentada en una carta fechada el jueves 25 de junio, cuya rúbrica fue denunciada como falsa
por el gobernante, desde San José, Costa Rica.
La primera medida del presidente de facto fue imponer el toque de queda por dos días, de las nueve de la noche (22 horas en la ciudad de México) a las seis de la mañana. El hasta ahora titular del Congreso, Micheletti, es un empresario del transporte público que ha sido legislador durante 27 de sus 60 años e intentó, sin éxito, ser candidato presidencial por el derechista Partido Liberal en tres ocasiones.
Tropas del ejército salieron a primera hora del domingo a patrullar las calles de Tegucigalpa, de San Pedro Sula –la segunda ciudad del país– y de otras localidades, mientras helicópteros y aviones de combate volaban por todo el territorio. Desde el sábado, soldados fijaron retenes en los accesos terrestres a la capital.
Tanquetas y vehículos militares fueron desplazados a puntos estratégicos de Tegucigalpa, cercaron la residencia particular del mandatario constitucional y ocuparon el palacio presidencial, que pese a la presencia de las tropas fue rodeada por cientos de personas que por momentos gritaron consignas contra los golpistas y en favor de Zelaya.
Poco después del amanecer, Honduras entera quedó sin electricidad, servicios telefónicos, radio y televisión, que sólo fueron restituidos en la tarde para difundir la sesión del Poder Legislativo que validó el derrocamiento del presidente elegido en las urnas en noviembre de 2005 para un periodo de cuatro años, que termina el 27 de enero.
Durante un lapso de aproximadamente tres horas –desde que fueron interrumpidas las transmisiones de radio y televisión, alrededor de las siete de la mañana– hubo un vacío informativo sobre los acontecimientos en el país centroamericano, de 7 millones de habitantes, un millón de los cuales vive en Tegucigalpa. Una cantidad igual ha emigrado a Estados Unidos.
Momentos antes de salir del aire, un locutor del canal 8 de la televisión (oficial), que había dado los primeros reportes sobre el golpe de Estado, informó que los militares vienen hacia aquí
, y justo antes de que la señal se difuminara sugirió a la audiencia que se concentrara en la plaza Libertad, del centro de la capital.
Mujeres encaran a soldados
También la Comisión Nacional de Telecomunicaciones prohibió a las empresas operadoras de televisión por cable y satélite que mantengan la señal de los canales internacionales, incluido Telesur, que había dado seguimiento puntual a los hechos desde mediados de la semana, Cubavisión Internacional y CNN, según pudieron confirmar periodistas de Cubadebate, sitio en Internet .
En el exterior de la sede presidencial, entre 200 y 300 seguidores de Zelaya se concentraron en la mañana para tratar de ingresar en el inmueble, e inclusive se especuló sobre la posibilidad de embestir la cerca del palacio con vehículos pesados que fueron estacionados en las inmediaciones.
La cadena CNN transmitió imágenes de mujeres que golpearon con los puños a algunos soldados que participaron en la ocupación de la sede gubernamental.
Agentes de la policía dispersaron con gases lacrimógenos a parsonas que se habían concentrado en el centro de la ciudad para manifestar su apoyo a Zelaya, al grito de ¡Queremos a Mel!
El resto de la ciudad se mantuvo en calma, mientras la situación en todo el país quedó en poco tiempo bajo control de las fuerzas armadas.
Organizaciones sindicales, cam- pesinas y estudiantiles acordaron el viernes apoyar la realización de la encuesta que este año ha impulsado Zelaya, con el fin de saber si los ciudadanos favorecen la instalación de una cuarta
urna el 29 de noviembre próximo en los comicios generales (presidencial, legislativa y municipal), que decida si se convoca inmediatamente a una asamblea constituyente.
La encuesta fue declarada ilegal por el Congreso, dominado por partidos de derecha, pero Zelaya convocó a las organizaciones que lo respaldan a instalar las urnas y llevar a cabo la encuesta, que sólo incluiría una pregunta sobre el tema citado.
Algunas casillas de votación fueron instaladas en varios puntos del país –una frente al palacio presidencial–, pero desde temprano las autoridades judiciales giraron una orden que permitía a las tropas decomisar todo el material para la consulta.
El diario local Tiempo informó en su sitio en Internet que un número indeterminado de estudiantes que resistieron el decomiso en San Pedro Sula fueron arrestados y su paradero se desconoce.
A eso de la una la tarde, el Congreso unicamaral inició una sesión convocada de urgencia por la cúpula de las fuerzas armadas. A las 12:34 horas (local), uno de los legisladores dio lectura a lo que denominó una carta de renuncia
de Zelaya, que fue aceptada de inmediato en una votación de 123 representantes, que no contó con el apoyo de cinco legisladores del partido de izquierda Unificación Democrática, aliado del mandatario constitucional en su programa social y político. A las 13:47 el presidente quedó destituido y a las 15:42 fue designado Micheletti.
La supuesta carta de renuncia dice literalmente:
“Dada la situación política polarizada que se ha presentado, la cual ha dado lugar al desencadenamiento en un conflicto nacional que ha erosionado mi base política y debido a problemas insuperables de salud que me han impedido concentrarme en los asuntos fundamentales de Estado, cumplo con el deber de interponer mi renuncia irrevocable a la Presidencia de la República, junto con la de mi gabinete de gobierno, efectiva a partir de esta fecha.
“Con mi renuncia espero contribuir a sanar las heridas del ambiente político nacional.
“Atentamente
Juan Manuel Zelaya Rosales, presidente de la República de Honduras.
La validación de los legisladores al golpe militar a Zelaya fue complementado por la Corte Suprema de Justicia, que a solicitud del Ministerio Público
libró una orden para que las fuerzas armadas asuman el papel de defensoras del imperio de la Constitución
.
Zelaya se enteró en San José de la carta, denunció la falsedad del documento, negó haber pedido asilo en Costa Rica y dijo estar dispuesto a volver a Honduras.
Este es el primer golpe de Estado que ocurre en América Central desde la década de 1970.
Honduras, con una economía fundamentalmente agrícola, terminó en 1982 con dos décadas de regímenes militares. En esa década, Estados Unidos montó una infraestructura militar y aeroportuaria que tuvo el objetivo de apoyar la guerra contrarrevolucionaria en Nicaragua y la contrainsurgencia en El Salvador y Guatemala. En 1911 y 1933, Honduras había sido invadida por tropas estadunidenses para defender intereses económicos en la región.
Antes de que imperara el toque de queda decretado por Micheletti, las organizaciones que apoyan a Zelaya –encabezadas por sindicatos magisteriales– convocaron a una huelga general indefinida en el país, mientras cerca de un millar de seguidores del mandatario constitucional reforzaron al atardecer sus contingentes frente al palacio presidencial, levantaron barricadas e incendiaron llantas.
Vehículos militares irrumpieron al caer la noche en la zona para reabrir las calles aledañas a la sede gubernamental, y aunque hubo algunos disparos y una ambulancia llegó a la zona, no hubo reportes de heridos o muertos.