Cerró con La Castañeda, que ofreció un espectáculo cautivador
Lunes 29 de junio de 2009, p. a13
El cierre de la primera jornada del Vive Latino osciló entre calidad y mediocridad; no obstante, los jóvenes congregados festejaron a todas las bandas que se presentaron en los tres escenarios: Verde, Azul y Rojo, así como en la Carpa Intolerante.
En la franja intermedia estuvieron Los Jaguares, de Saúl Hernández, que con temas de su anterior banda, Caifanes, taladraron el inconsciente. Cantaron Amanece, La célula que explota, Mátenme porque me muero, Miércoles de ceniza, No dejes que, La negra Tomasa y Antes de que nos olviden, tributo a los estudiantes asesinados en el 68.
Saúl Hernández continuó con su discurso sobre lo publicado ayer en estas planas. Dijo: A los jóvenes de este país siempre nos han tratado como criminales. No creemos en los politicos, creemos en ustedes
.
Mientras, en la Carpa Intolerante, las actuaciones de Consumatum Est, Paté de Fuá y Clondemento pasaron desapercibidas. La situación cambió cuando llegó el grupo que no estaba anunciado: Austin TV, acompañado del tacvbo Rubén Albarrán, que congregó a la gente.
En el escenario Azul, Little Joy resultó una propuesta linda, pero no pasó del nivel apenas regular que prevaleció en la carpa; por otro lado, Ximena Sariñana hizo honor a su álbum debut, Mediocre; reunió escaso público, al cual pareció darle flojera.
La revelación, la agrupación que salvó el escenario Azul, además de Playmovil Project, fue Hello Seahorse!, que llenó de energía los cromosomas de los asitentes a lo largo de actuación. Los portugueses de Blasted Mechanism, con su sólida propuesta musical de avanzada y un vestuario tribal/alienígena, fueron deleite visual/auditivo.
Las actividades del escenario Rojo incluyeron a Gondwana, que llegó para hacer la alegría de los escasos, pero religiosos 10 mil. La actuación del baterista Marky Ramone fue fracaso absoluto: los músicos que lo acompañaron para tocar los emblemáticos temas de Ramones se escucharon horripilantes.
Los que sí llegaron para recoger sus glorias pasadas fueron La Lupita y Ritmo Peligroso, que con gran poder de convocatoria generaron emotivos encuentros y el deschongue frenético de los miles de asistentes.
Los acordes de El salmón, de Andrés Calamaro, irrumpieron en el escenario principal. Notoriamente emocionado por el recibimiento del púb