Ni un voto a los que apuñalan al pueblo, plantea López Obrador, en gira por Veracruz
Calderón y Fidel Herrera trafican con la pobreza; son igual de inmorales
Han sido quemadas casas que tienen propaganda distinta a la priísta, denuncian ante el tabasqueño
Domingo 28 de junio de 2009, p. 6
Coyutla, Ver., 27 de junio. A quienes trafican con la pobreza de la gente, como lo hacen ahora Felipe Calderón y el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, hay que mandarlos al carajo
, advirtió Andrés Manuel López Obrador a unos metros de donde nueve tráileres repartían láminas de zinc y una fila de casi 300 automóviles con propaganda priísta aguardaban a que les cumplieran la promesa de entregarles placas de taxi.
¿Quién las está entregando?
, preguntó el tabasqueño a los campesinos que hacían fila al pie de uno de los camiones de los que descargaban las láminas.
Es de una petición que hicimos hace más de un año
, respondió Nemesio González; somos del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ)
.
–¿Y se los dan ahora, en vísperas de la elección? –cuestionó López Obrador.
–Sí, pero tenemos claro lo que es un proceso electoral –contestó Nemesio González.
Al mismo tiempo, otro campesino decía a unos metros de allí: ¡hay que comerles la carnada, pero no morder el anzuelo!
Momentos después, en la plaza principal, el tabasqueño escuchó en voz de María Guadalupe los mismos reclamos que ha recogido a su paso por los municipios del país. La mujer, con voz entrecortada y en una mezcla de español y totonaca, le dijo que a los indígenas de la zona de Totonacapan nos han engañado con palabras falsas; nos dijeron que medicamentos, pero luego que estaban en la presidencia municipal. Los del PAN nos dijeron que no dinero, pero en su casa sí hay dinero. Sí llevan a trabajar para arreglar su casa
.
Otros denunciaron que las casas que tenían propaganda de partidos distintos al PRI eran quemadas por la noche.
López Obrador respondió que eso sucede cada vez que “priístas y panistas necesitan el voto.
Así pasó hace dos años, cuando vine a esta región en vísperas de las elecciones locales. También regalaban despensas, cemento y láminas. Estoy seguro de que no los habían apoyado desde entonces, y el apoyo no sale de la bolsa ni de Calderón ni de ese gobernador ladrón de Fidel Herrera, sino del presupuesto, que es dinero público, dinero de ustedes. A ésos que trafican con la pobreza hay que mandarlos al carajo
, insistió.
Hay que agarrarles todo lo que se pueda, pero no comprometer el voto. Les debería dar vergüenza pedirles el voto. ¡Miren cómo tienen al país! Y todavía vienen a pedir el voto, como si estuviera todo muy bien. ¡Ni un voto a los que apuñalan al pueblo! ¡Ni un voto a los que están empobreciendo al país! Calderón y Fidel son igual de inmorales, son tal para cual
, afirmó al pie de la sierra de Totonacapan.
Al continuar una gira de apoyo a los candidatos de Convergencia, nuevamente aclaró a quienes le manifestaron alguna duda acerca del partido que deberían apoyar, si se identifican con el PRD.
No es pecado votar por candidatos que no sean del PRD. Yo estoy apoyando al PRD, al PT y a Convergencia de manera diferenciada, porque estos dos partidos me apoyaron durante la elección de 2006 y luego del fraude. En el PRD, algunos de sus líderes, no todos, me dieron la espalda, y yo tengo el compromiso moral y político de apoyar a Convergencia y al PT.
Acompañado por el senador Dante Delgado y el delegado de Convergencia en la región, Cristóbal Arias, López Obrador visitó también en Coatepec y Jalapa a militantes y simpatizantes del movimiento que encabeza, y a los candidatos de Convergencia les dijo que para triunfar el 5 de julio deben confiar en los ciudadanos.
La gente sabe quiénes son los que le hacen daño al país. La gente no es tonta. Tonto es el que piensa que el pueblo es tonto. Ustedes deben confiar en que el pueblo sabrá cómo actuar
, subrayó, al conocer la diferencia entre el ajustado presupuesto con que cuentan para hacer campaña frente al que tienen los candidatos del PRI y del PAN, que empieza, señalaron, con el uso discrecional de los programas sociales para comprometer el voto de los ciudadanos, hasta el uso de recursos económicos casi sin límite.