adrid. Es una ciudad convulsa que tiene como uno de sus ganchos turísticos más importantes –además de los museos, por supuesto– la interminable y variopinta fiesta o marcha que inunda sus calles cada fin de semana.

Un estudio reciente, de alto rigor científico, arrojó un resultado inquietante: en el aire de Madrid circulan partículas detectables de numerosas drogas, entre ellas la cocaína, el cannabis, la heroína, las anfetaminas y el ácido lisérgico –el componente principal de la sustancia conocida como LSD, popularizada en la década de los 70 por el movimiento hippie–.

El estudio fue realizado por integrantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que pretendía analizar la pureza del aire y que en ningún momento esperaban un hallazgo tan curioso. A pesar de que las partículas están en el aire y las respiramos continuamente los habitantes de esta metrópoli, esto no supone –siempre según los científicos– un peligro para la salud, ya que su presencia es tan pequeña que aún esnifando el aire a conciencia durante años, no pasaría nada.

El estudio, publicado en la revista Analytical Chemistes, sostiene que la presencia de las partículas de cocaína en el aire, en concreto del metabolito benzoylecgonina –el principal componente de esta sustancia sicotrópica– está en el aire de Madrid en una órbita de 29 a 850 picogramos por metro cúbico. Un picogramo es la billonésima parte de un gramo.

Este sistema, aplicado por primera en España y que ya se ha empleado en otros países europeos, se podría emplear en el futuro para conocer los hábitos y hasta las cantidades del consumo de drogas en las ciudades.

El sistema es infalible ya que los consumidores de drogas suelen expulsar mediante la orina los metabolitos de esas sustancias que, una vez evacuadas del organismo, se quedan en el aire. En este caso en el de Madrid, en el que, según el estudio, es más alta la concentración de partículas de droga en las zonas donde se encuentran mayor número de bares y discotecas, y también en los barrios donde es habitual la venta y el consumo de drogas de forma masiva.

Armando G. Tejeda, corresponsal