Nueva York, 27 de junio. Un tribunal de Nueva York retiró a la esposa de Bernard Madoff la mayoría de su aún millonario patrimonio familiar, en vísperas de que se dé a conocer la sentencia contra el responsable de uno de los mayores fraudes de Wall Street.

Ruth Madoff, la esposa del estafador neoyorquino, tendrá que buscar un nuevo hogar luego de que un tribunal aprobó la venta del lujoso apartamento de la pareja en Manhattan y de que ésta cedió activos valuados en 80 millones de dólares.

Documentos judiciales presentados en la noche del viernes mostraron que Ruth, de 68 años, quien no ha hablado públicamente sobre los crímenes cometidos por su esposo desde que éste fue arrestado hace seis meses, se quedará con 2.5 millones en efectivo.

En un acuerdo con la fiscalía aprobado por el juez federal Denny Chin, Bernard Madoff cedió los derechos sobre activos valuados en 170 mil millones de dólares, el monto que según los fiscales fluyó a través de la cuenta principal del fraude.

Entre las propiedades que serán vendidas figuran el apartamento de 7 millones de dólares de la pareja en Manhattan, una casa de 11 millones en Palm Beach, Florida, y otra de 3 en Montauk, Nueva York.

Alegarán edad avanzada

Madoff, de 71 años, será sentenciado este lunes en una corte federal en Manhattan. El ex financista podría recibir una pena de hasta 150 años de cárcel, aunque su abogado invoca su avanzada edad para reclamar sólo 12 y la mayoría de los especialistas anticipan al menos 20 y en condiciones duras: no habrá cárcel de lujo para el timador, aunque expertos legales no descartan que apele de la sentencia.

La fiscalía –según documentos difundidos este sábado por la justicia– solicita rechazar el pedido de su abogado y asegura que dada la magnitud, la duración y la naturaleza de los crímenes se merece 150 años de cárcel o una condena que garantice que se quedará en la cárcel por el resto de sus días y que disuada a otros de actuar como él.

Conforme al derecho penal federal estadunidense, el condenado debe cumplir al menos 85 por ciento de su pena aunque demuestre buena conducta, con lo cual una sentencia de 20 años podría reducirse a 17, es decir que Madoff deberá esperar a cumplir 88 años para gozar de una estadísticamente improbable libertad.

Una vez conocida la pena, queda la cuestión clave de la restitución del dinero. De los 65 mil millones de dólares que totalizaría la estafa, los fiscales sólo identificaron con precisión 13 mil millones, y el fideicomiso encargado de la liquidación de bienes de Madoff apenas recuperó mil millones.

Con la casi certeza de no volver a ver jamás la luz del día, probablemente la única cuestión relevante para Madoff sea a esta altura en qué condiciones vivirá preso.

No obstante, esa decisión no depende necesariamente del poderoso juez federal, que sólo puede hacer recomendaciones a la Oficina de Prisiones, encargada de determinar a qué cárcel irá y con qué niveles de seguridad.

Según Bradley Simon, un ex fiscal federal que ahora defiende casos de delitos patrimoniales en Nueva York, dada la importancia de la pena, no podrá ser una cárcel liviana. Estará con gente que cometió otro tipo de crímenes, más violentos.

No creo que pueda aspirar a una prisión campamento, de esas que no tienen muros ni alambrados, coincidió William Devaney, ex fiscal federal en el distrito de Nueva Jersey.

Madoff obtuvo por lo pronto del juez Chin una pequeña concesión: poder asistir vestido de civil sin el uniforme de presidiario a la sesión pública del lunes a partir de las 14 horas local (una hora más que en México) en la corte federal del sur de Manhattan.