Se rumora que ciertos fármacos prescritos y el estrés por su próxima gira se relacionan
Hace un mes confesó su preocupación por las presentaciones en Londres: No sé cómo voy a hacer 50 conciertos
La policía de Los Ángeles trata la mansión donde sufrió el infarto como escena del crimen
Poco después de que su médico le inyectó demerol, el cantante entró en crisis
Sábado 27 de junio de 2009, p. 6
Los Ángeles, 26 de junio. El rey del pop se ha ido, pero perdura su misterio. Mientras el mundo comienza a hacerse a la idea de la pérdida de Michael Jackson, los capítulos finales de su sensacional pero trágica historia son escritos por la policía y peritos médicos de Los Ángeles, quienes luchan por determinar la causa exacta de su muerte.
Una serie de rumores y contrarrumores se enseñoreó este viernes de la capital del espectáculo en Estados Unidos, a medida que comenzaron a aflorar detalles de la cadena de sucesos que culminó con el ingreso de emergencia del cantante en el Centro Médico de la Universidad de California, en Los Ángeles, luego de sufrir un eventual infarto masivo.
Llamada al 911
Por la mañana se dieron a conocer grabaciones de una llamada frenética al 911, que duró unos dos minutos. “Necesito una ambulancia lo antes posible… Tenemos… tenemos una persona que no respira”, dijo el autor de la llamada.
“No respira, y estamos tratando de darle respiración artificial… Tiene 50 años y está acostado en la cama… Está aquí su médico personal, pero no responde a la resucitación cardiopulmonar ni a nada.”
En el curso de seis minutos llegó la ambulancia, y el legendario músico y bailarín de 50 años fue trasladado de emergencia al nosocomio, distante unos tres kilómetros. Dos horas después se concluyó en la sala de emergencia que estaba muerto. Los médicos no lograron que recobrara el conocimiento. Su cuerpo fue enviado por aire a la oficina del forense del condado de Los Ángeles, en el centro de la ciudad, donde funcionarios comenzaron formalmente una autopsia poco después de las 9:30 horas de este viernes.
Esta noche comenzaron a surgir preguntas sobre la prudencia de permitir que Jackson, cuya atribulada vida de adulto condujo a una cadena de problemas de salud y lo confinó a una silla de ruedas en años recientes, intentara un súbito retorno a la escena con una exigente serie de presentaciones.
Hace cuatro semanas, en una reunión con unos fans afuera del estudio donde ensayaba, en Burbank, California, el cantante expresó preocupación por el número de conciertos que tenía planeados, los cuales se acordaron para pagar parte de sus deudas personales, que según algunos cálculos llegaban a 500 millones de dólares.
“No sé cómo voy a hacer 50 conciertos –dijo–. No como mucho, necesito subir de peso. Me molesta que me hayan programado tantos conciertos. Yo sólo quería hacer 10 y luego la gira mundial, no 50 en un solo lugar. Me acosté sabiendo que había vendido 10 fechas, y al despertar la noticia era que iban a ser 50.”
Agentes de policía pasaron el día cuidando la propiedad de estilo afrancesado en Holmby Hills, donde Jackson cayó enfermo. Tratan el inmueble como escena del crimen, entre crecientes rumores de que los fármacos de venta regulada que el cantante tomaba tuvieron algo que ver con su deceso, y varias habitaciones han sido selladas para la investigación forense. Unos detectives se llevaron dos vehículos a remolque; uno era un BMW, propiedad de la hermana del doctor Conrad Murray, cardiólogo de Houston, que era el médico personal de Jackson.
La policía comenzó a interrogar al médico la noche del viernes, pues en un principio fue difícil localizarlo. La familia Jackson reveló este día que el doctor Murray le administraba inyecciones diarias de demerol, analgésico sustituto de la morfina, para aliviar el dolor de espalda que le había surgido durante ensayos recientes para la cadena de conciertos de retorno en Londres, que comenzarían dentro de tres semanas.
La última dosis
Un miembro de la familia declaró a TMZ, el sitio web de espectáculos donde primero se dio noticia del ataque fatal del cantante, que el doctor Murray lo inyectó a las 11:30 horas del jueves. Poco después Jackson comenzó a sentir dificultad para respirar, y fue cuando se llamó a la ambulancia. La llamada al 911 reveló el detalle crucial de que el único testigo del ataque cardiaco de Jackson fue el doctor Murray, quien intentaba atenderlo cuando se hizo el pedido de auxilio.
En la oficina del forense, el doctor Lakshmanan Sathyavagiswaran está a cargo de dictaminar la razón por la que se produjo el infarto. Los resultados de la autopsia tardarán unos días, pues los médicos necesitarán tiempo para analizar pruebas toxicológicas que revelen qué sustancias estaban en su organismo en el momento del ataque.
Esta noche, algunos amigos cercanos y familiares estaban en el forense. Otros, como su hermana Janet, se encontraban en el hogar de la familia, en San Fernando Valley, tratando de consolar a los tres hijos del cantante, Michael Joseph Jackson Jr, Paris Michael Katherine Jackson, y Prince Michael Jackson II, conocido como Blanket (sábana).
El único miembro de la familia que hasta ahora ha hablado en público es su hermano Jermaine, quien también fue miembro de los Jackson Five, el grupo que lanzó a Michael al estrellato infantil a finales de la década de 1960. En breve conferencia de prensa relató que un equipo de cinco paramédicos hizo un esfuerzo heroico por salvarle la vida. “Al llegar al hospital, a la 1:14 pm, un equipo de doctores, entre ellos médicos de emergencia y un cardiólogo, trataron de resucitarlo durante más de una hora –dijo a los reporteros–. ¡Qué Alá esté contigo siempre, Michael!”
Frank DiLeo, mánager de Jackson y su amigo durante 30 años, también dijo que estuvo con Jackson en el hospital y que éste nunca recobró el conocimiento. Una fotografía de su cuerpo inane al ser subido a la ambulancia, la cual se cree que fue su última imagen todavía con vida, fue colocada en el sitio web del programa televisivo Entertainment Tonight. “Tengo que darle un beso y decirle adiós –comentó DiLeo, con voz quebrada–. Perdí a un amigo muy querido… el mayor talento que conocí o con el que llegué a trabajar.”
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya