Jóvenes veinteañeros, los que más las utilizan, aseguran
Viernes 26 de junio de 2009, p. 16
Actualmente cinco de cada mil mexicanos de entre 12 y 65 años consume metanfetaminas y la cifra va en aumento; son los jóvenes de alrededor de 20 años los que más utilizan estas drogas conocidas comúnmente como cristal y éxtasis, señalaron especialistas.
En la presentación del libro Metanfetaminas, lo que los padres deben saber, en la Secretaría de Salud, se dio a conocer que el consumo de otras drogas como cocaína y mariguana se ha estabilizado, pero el de las nuevas sustancias va en aumento.
La directora de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), Carmen Fernández Cáceres, indicó que de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Adicciones de 2002 se observó un aumento generalizado del consumo de metanfetaminas y para entonces 1 de cada mil de la población de entre 12 y 65 años había probado esas sustancias, pero datos preliminares de 2008 indican que la cifra se ha elevado: 5 de cada mil de ese grupo de población la consume.
Hay niños menores de ocho años que han consumido drogas legales y mayores de 12 años, sustancias ilegales. Estas drogas, dijo, causan graves daños a la salud ya que provocan trastornos mentales, deshidratación grave, aumento de temperatura hasta más de 40 grados y de frecuencia cardiaca, al extremo de poner en riesgo la vida del usuario.
En la conducta de las personas provocan irritabilidad, agresividad, ansiedad, paranoia, pérdida de memoria, alteración del estado de ánimo, psicosis e ideas suicidas. Detalló que los patrones de consumo de cristal y éxtasis son diferentes, ya que el primero provoca características de uso más compulsivo, y el segundo tiene que ver con situaciones de socialización.
Detalló que en el primer semestre de 2008, los CIJ de Baja California, Baja California Sur, Colima, Sinaloa, Durango, Sonora, Michoacán y Jalisco reportaron población solicitante del servicio que consumió por más de la media nacional las metanfetaminas..
Por su parte, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, consideró que actualmente se vive una cultura de permisividad donde el uso y abuso de sustancias adictivas legales como el alcohol y el tabaco no provocan sorpresa alguna, e incluso se inducen en el seno familiar. Frente a esto, dijo se debe aplicar un marketing social
que induzca cambios de comportamiento para inhibir su consumo.