El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, advirtió que América Latina y el Caribe tienen la peor distribución de la riqueza en el mundo, por lo que si, ante la crisis, los gobiernos de la región no asumen acuerdos hemisféricos, sino debilitan o ignoran los programas de apoyo colectivo, se generará inestabilidad social y política en la mayor parte de la zona.

Al dictar una conferencia magistral en el contexto del seminario internacional La nueva presidencia de Obama; los desafíos de las Américas, Insulza indicó que los estados latinoamericanos deben dar peso al flujo de recursos públicos por encima de los fondos privados, como medida para salir de la crisis.

Consideró que si continúan las políticas que condujeron a la actual situación financiera mundial, en los siguientes dos años habrá al menos 12 millones de nuevos pobres en el continente, lo que provocará serios problemas sociales y políticos.

Manifestó que el presidente estadunidense, Barack Obama –a diferencia de su antecesor, George W. Bush–, muestra frente a los países de América Latina una actitud de mayor cooperación, colaboración y multilateralismo, bajo la perspectiva de hacer política no para ustedes, sino con ustedes.

En entrevista posterior, Insulza lamentó la falta de apoyo de las naciones latinoamericanas a educación, ciencia y tecnología.

Exhortó a dar mayor impulso a esos sectores, pues si bien en educación nuestros países hacen un esfuerzo grande, en desarrollo científico y tecnológico, de acuerdo con una cifra de 2006, la República de Corea gastaba más que todos las naciones de América Latina y el Caribe.

Advirtió además que uno de los principales riesgos para la región es que el narcotráfico comience a penetrar la política, lo cual debe evitarse a toda costa. En ese sentido, expuso que es muy difícil combatir con eficacia a los narcotraficantes sin alguna participación del Ejército.

A su vez, el rector de la UNAM, José Narro Robles, indicó que para erradicar la desigualdad en la región se debe diseñar, lejos de la ideología y cerca de la ética, un nuevo modelo de desarrollo humano, porque el actual sólo ha producido mayores contrastes sociales y crisis más frecuentes y profundas.

Mencionó que en México, desde hace varios años, los gobernantes piden a la sociedad y sus instituciones salir adelante con lugares comunes como cuando proponen hacer más con menos, pero ya nos convencimos de que esto no se puede.