(Ningún) Thriller
Debate sin sustancia
Elecciones negociadas
inalmente, los presidentes formales de los tres principales partidos políticos debatieron a deshoras periodísticas, pero frente a las cámaras que realmente les interesan: las de Televisa. No había conmoción nacional en espera de las profundas disertaciones de los grandes tribunos e ideólogos (se habla, desde luego, de Martínez, Ortega y Paredes), mucho menos si se toma en cuenta que el interés mediático estaba concentrado en las defunciones de una de los ángeles de Charlie y del ex dueño del rancho de diversiones infantiles Neverland (¡oh, de verdad que guerrea contra sí mismo el irreverente tecleador de las presentes notas fúnebres para impedirse el juguetear lapidariamente, en el terreno de eso que llaman política mexicana, con tan provocativas referencias a los Carlos angelicales y a las tierras de ensueño!)
Debate sin esencia ni sentido: Germán no es el verdadero dirigente, sino un mero muñeco del ventrílocuo Felipe el Boticario; Beatriz no es más que una tenue referencia de organigrama ante el poder real que ejercen Beltrones y Gamboa, es decir, el jefe Salinas; y Ortega lo más que ha podido generar son las injustas reacciones contra la niña que por razones profesionales, como actriz, lo ha acompañado en los comerciales en que Jesús aparece como versión adulta de Topo Gigio.
Pero lo importante para ese trío es comparecer ante el poder real, el de las cámaras de la rectoría de la conciencia nacional, la gran Televisa, que así demuestra tener la capacidad de convocatoria y ejecución que no tienen otros órganos institucionales. Ya antes peleó el perredista porque no lo querían juntar a una discusión que la priísta y el panista querían celebrar sólo en pareja y con difusión televisiva garantizada por el Estado. Y luego Chucho se apareció en otro debate, en el contexto de los juegos florales Alejandro Martí, pero el tricolor envió al segundo en el mando formal, el hidalguense Jesús Murillo Karam, y el blanquiazul a un candidato a diputado federal, César Nava, tal vez en jugada de consolación porque no lo dejarán ser líder de la bancada panista de San Lázaro.
¿Qué tanto se pudieron decir de nuevo e importante, esta madrugada, los presuntos dirigentes de los partidos que dicen constituir la plataforma de la vida democrática nacional? Es posible apostar que nada. El PAN y su uso balístico del tema del narcotráfico para el acribillamiento de los priístas rejegos; el PRI y su cantaleta de lo mucho que han dado para preservar la institucionalidad, y el PRD con su rollo de la izquierda moderna y la colaboración con la superioridad. Ni sorpresas ni suspenso, en esta emulsión electoral de resultados previsibles que sostendrá el predominio camaral del prianismo, con el agregado del crecimiento milagroso
de la mapachería del Panal y de los verdes ecologistas asociados con las televisoras, mientras el PRD orteguista seguirá vendiendo los despojos estructurales del sol azteca, y una porción pequeña de diputados provenientes del perredismo no chuchista, el PT y algo de Convergencia mantendrán las banderas de la resistencia civil ante la catástrofe pluripartidistamente negociada. Mejor será el recuerdo del verdadero Thriller, en el inicio de la era de los videos musicales. Clic: paren el mundo (unos minutos) para oír de nuevo a Michael en suspenso.
Astillas
Una bitácora de vuelos realizados por naves del gobierno de Sonora muestra el abuso de recursos públicos cometido por distintos miembros de la familia del gobernador Eduardo Bours Castelo. Ese listado de viajes (del cual esta columna tiene constancia en un disco compacto), que va de 2004 a junio del presente año, reporta frecuentes visitas a Tucson y Phoenix, y una que otra a Las Vegas, realizadas por esposa, hijos, hermanos y diversos parientes del mandatario norteño (e incluso servicios particulares a miembros del PRI). Tal relatoría aeronáutica tiene valor periodístico por sí misma, aun cuando es evidente que fue difundida con la intención de sumar agravios al mandatario sonorense en la batalla que libra actualmente contra el gobierno federal (se habla de que la fuente de la filtración sería la oficina del mafiosón Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes y ex director del Seguro Social). En Hermosillo, en días pasados se dijo que se presentaría una denuncia de hechos ante la PGR. En el fondo, lo que busca el calderonismo, que está usando facciosamente la información institucional, es continuar el golpeteo a Bours para que el PRI pierda las elecciones de gobernador y el PAN pueda alzarse con un triunfo que no estaba en sus posibilidades reales antes de la desgracia de la guardería ABC. Esos juegos perversos de poder están haciendo que las comadres del prianismo se estén diciendo verdades, como la de las bitácoras de los vuelos familiares. Ha de decirse aquí que dicha administración calderonista, y la logística del propio Germán Martínez, están bajo muy fundada sospecha de actuar de manera parecida a lo aquí documentado, dilapidando los recursos públicos para servir a las familias del poder, sus caprichos y excesos. Benéfico sería para todos el que se pudieran conocer igualmente las bitácoras de Los Pinos y de oficinas de sabido derroche como, por ejemplo, el Seguro Social... Es impresionante el dolor que en sus declaraciones muestran los chuchos por la impensable traición que algunos de sus candidatos les hicieron al pasarse a la fila de los adversarios. Destaca el caso de Campeche, donde los jesuses, Ortega y Zambrano, no logran entender cómo el cuñado de Carlos Mouriño Terrazo, un tal Panchito Brown, al que habían hecho aspirante a la gubernatura del estado, acabó sumándose al proyecto de los Carlos Mouriño, padre e hijo, para quedarse con aquella entidad como indemnización por la muerte de Juan Camilo. ¡Carajo: ¿a quién se le podría ocurrir que sucediera tal cuñadazo tan advertido en el medio político campechano desde un principio?! Los cocodrilos chuchos lloran... Y, mientras Quique Gaviotón sigue su vuelo comercial televisivo, ¡feliz fin de semana!
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