Viernes 26 de junio de 2009, p. 26
Washington. La chispa
que convirtió la larga amistad del gobernador estadunidense Mark Sanford en una apasionada aventura extramarital con una argentina ha avivado un fuego que el Partido Republicano parece incapaz de apagar, quemando con creciente rapidez sus esperanzas de ofrecer una alternativa al –por el contrario– cada vez más popular presidente demócrata Barack Obama. El escándalo no sólo le ha costado al gobernador de Carolina del Sur su puesto como presidente de la Asociación de Gobernadores Republicanos, cargo del que dimitió ayer tras admitir su adulterio. De la misma forma, el senador por Nevada John Ensign, admitió también un amorío que ha frenado su ascendente carrera política.