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Para sus proyectos rellenaron barrancas y desaparecieron o redujeron arroyos, afirman colonos

Constructoras alteraron terreno y equilibrio hidrológico en Chalco, según asociación civil

En peligro por más grietas, 130 casas en el fraccionamiento Villas de San Martín y rancho El Cupido

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de junio de 2009, p. 39

Chalco, Méx., 23 de junio. Las empresas constructoras Davivir, ARA y GEO alteraron las características del terreno y el equilibrio hidrológico de San Martín Cuautlalpan, que es parte de la Sierra Nevada, y provocaron agrietamiento y otros accidentes del suelo que arriesgan el patrimonio y la vida de cientos de familias.

Miembros de la asociación civil Pueblos Unidos, y habitantes de la zona que siempre se opusieron a la construcción de unidades habitacionales en tierras agrícolas, dijeron que la aparición el pasado primero de junio de una primera grieta de un kilómetro de largo, 10 metros de ancho y hasta 15 de profundidad, se produjo por taponar barrancas y desaparecer o achicar los arroyos que bajaban de la montaña.

Desde 2000 protestaron los vecinos organizados por la construcción de viviendas de interés social en los pueblos ancestrales de Chalco, y ahora denuncian que Davivir y ARA no son las únicas empresas que alteraron el terreno, sino también GEO, que luego de desaparecer un cauce construye la unidad Pueblo Nuevo cerca de donde se abrió la grieta.

En un recorrido por la zona, los campesinos dieron cuenta de las irregularidades en los predios donde las tres compañías edifican casas de interés social. Donde antes corrían las aguas pluviales de la montaña hoy sólo hay tierra seca; gran parte del sistema de barrancas también lo rellenaron con escombro para construir encima, señalan los dirigentes Daniel Juárez y Tomás Jiménez.

En los terrenos donde Davivir edificó las 3 mil 500 casas del fraccionamiento Villas de San Martín fueron rellenados dos cauces: uno tras la barda perimetral del área deportiva y el canal de dos kilómetros de largo y un metro de profundidad donde la gente del pueblo lavaba ropa, que hoy es una de las principales avenidas del asentamiento atravesado en línea recta por la grieta, dijeron.

Sólo ahí peligran 130 viviendas, y en el rancho El Cupido suman decenas más las casas dañadas en obra negra, pues ARA rellenó el cauce que dividía las propiedades agrícolas, donde aún se halla una de las barrancas más importantes, que tiene unos 10 metros de profundidad y donde se construyó un puente de acceso a la zona habitacional.

Como parte de estas maniobras, aseguran Daniel Juárez y Tomás Jiménez, también fue achicado de 10 a 2.5 metros uno de los cauces naturales, y esa anomalía provoca desbordamientos e inundaciones en el pueblo de San Martín Cuautlalpan y en los dos predios de Davivir y ARA.