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En su momento señalé el cinismo, el robo y la desvergüenza, afirma el ex secretario general

El cáncer de la ANDA, ser antigua y burocrática: Carlos Bracho

La actual líder de la asociación, Lilia Aragón, estuvo cuatro años con Juan Imperio, a quien acusaron de fraude; eso la hace corresponsable, señala el también ex dirigente Julio Alemán

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El actor Julio Alemán fue secretario general de la asociación de actores de 1990 a 1994Foto Archivo
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de junio de 2009, p. 8

La pugna actual entre la secretaria general de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), Lilia Aragón, y la actriz Evangelina Elizondo (publicada en sendas entrevistas el 2 y el 8 de junio de 2009), que se centró en la supuesta falta de apoyo económico a la Casa del Actor, es motivo de opinión de algunos de los socios entrevistados por este medio. Citan que las diferencias entre grupos en la asociación se remonta a sus orígenes.

La Asociación Nacional de Actores (ANDA), fundada en 1934, integra actualmente a unos 14 mil socios, o artistas, como se les llama a todos de forma genérica.

Ha sido dirigida por 15 personas, todas de renombre: Fernando Soler, Ángel T. Sala, Jorge Mondragón, Mario Moreno, Jorge Negrete, Julián Soler, Rodolfo Landa, Jaime Fernández, David Reynoso, Ignacio López Tarso, Julio Alemán, Humberto Elizondo, Aarón Hernán, Juan Imperio y Lilia Aragón.

En 1934, en México existían las siguientes agrupaciones de actores: Unión Mexicana de Actores (UMA, creada en 1928), Unión Sindical de Ópera, Unión Nacional de Artistas de Variedades y Similares, Unión Jaliscience de Artistas de Variedades y Sindicato Adolfo Prieto de Mérida.

Notas periodísticas de la fundación de la ANDA reflejan pugnas entre grupos y la búsqueda constante de conciliación de intereses. Para crearla, un grupo de actores renunció a la UMA, por considerar que ésta no les representaba mejoras económicas.

Para formar parte de la ANDA se establecía como obligatorio no pertenecer a otra organización y no trabajar con actores que no pertenecieran a ella. Integrantes de la UMA se defendieron, pero todo fue en vano. Con los años también desaparecieron otros gremios, como la Unión Sindical de Cantantes de Ópera y la de Artistas de Variedades. Sus miembros engrosaron las filas de la ANDA. Ese proceso de control siguió con los años.

En 1939, se instalaron delegaciones en Chihuahua, Ciudad Juárez, Campeche, Tampico, Mérida, Guadalajara, San Luis Potosí, Ensenada, Torreón y Monterrey. En 1943, mediante cinco secciones, situadas en las principales urbes de la República, la ANDA tenía ya presencia federal.

Los escándalos que provocaron algunos dirigentes, al beneficiarse económicamente (desde casas y muebles hasta dinero en efectivo) de manera ilegal, han marcado diferentes momentos del gremio.

Los pleitos y los litigios han estado a la orden del día. Aún se recuerda cuando en 1944 Jorge Negrete, para defender las fuentes de trabajo, repartió armas entre sus compañeros, en los Estudios Azteca, de avenida Universidad.

La escisión más grave fue en 1977, cuando Enrique Lizalde encabezó a un numeroso grupo de actores para organizar el Sindicato de Actores Independientes (SAI). En el fondo estaban las acusaciones contra las administraciones de Jaime Fernández y de David Reynoso, por malos manejos.

La Casa del Actor, uno de los mayores logros de la asociación y hoy centro de discusión entre la secretaria general, Lilia Aragón, y la actriz Evangelina Elizondo, fue promovida por Jorge Mondragón y concretada por Mario Moreno. La primera piedra la colocó el presidente Manuel Ávila Camacho.

Las palabras y los hechos

A continuación, lo que considera el actor Julio Alemán, secretario general de la ANDA de 1990 a 1994: “La ANDA es una agrupación que tiene en su seno a todas las ramas del arte; es pluripartidista, con ideologías y religiones diferentes, y de todas las clases sociales.

“El arte es el arte, un don. Nuestro propósito es trabajar para el ser humano, para su interior.

“El arquitecto diseña casas, el doctor cura las vísceras, el sacerdote el alma, etcétera; pero el artista llega al espíritu, mueve sentimientos y deja mensajes en el subconsciente o consciente. Las escenas son literatura escenificada.

“Somos un gremio muy noble, tranquilo, pero hay una guerra interna. En mi caso, quien me armó bronca fue Carlos Bracho, porque quiso, lo cual está prohibido en el Estatuto, hacer de las cosas sindicales asuntos políticos. Quería acusarme de que yo había robado dinero, quería que me sacaran para quedarse él en la subsecretaría general, que era donde yo estaba. Inventó ese chisme, esa mentira.

“Por otro lado, actualmente los actores carecemos de fuentes de trabajo, y los pleitos se hacen porque queremos, desde hace mucho, y yo lucho desde 1974 por que la agrupación se conduzca con honestidad, que no roben quienes están en los cargos de mando, sobre todo el secretario general, el tesorero, el secretario del trabajo, quienes tienen contactos directos con las empresas.

“Muchas veces, por intereses propios, venden conquistas, las echan para atrás y sacan provecho de eso. Los pleitos internos ocurren cuando el gremio se da cuenta de que en vez de que no ganan ni avanzan para mejorar el estatus de vida de los actores.

“En este caso, el conflicto que existe, muy marcado, contra la compañera Lilia Aragón es que estuvo cuatro años con Juan Imperio (secretario general de 2002 a 2006) y cometió fraude. Imperio, junto con un empleado, abrió una cuenta mancomunada –tengo los documentos– y se robaron mucho dinero de compañeros muy distinguidos, como Luis Miguel y Lucero, quienes no iban a cobrar porque no tienen necesidad de hacerlo rápido. Dejaban ahí su dinero y después lo cobraban. A algunos se les olvida cobrar porque tienen mucho trabajo.

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Carlos Bracho calificó su lucha gremial como estéril, como todas las que se emprenden en México, dijoFoto Francisco Olvera

“El robo salió a la luz y vinieron el pleito y el reclamo por ese abuso de poder de Juan Imperio, quien también se comportó con prepotencia y altanería.

“Tomaron juramento, que es respetar y hacer respetar el Estatuto que rige nuestra conducta sindical. Lilia (Aragón) estuvo cuatro años como secretaria del Interior y del Exterior con Juan Imperio, por lo cual se hace corresponsable de lo que él hizo.

“Éste consignó a mucha gente. Hizo un juicio sumario contra muchas personas por haber hecho una reunión fuera de la ANDA, que encabezó Evangelina Elizondo, quien, como presidenta de la Comisión de Fiscalización y Vigilancia, tenía facultad de hacerlo.

“Con Humberto Elizondo hicieron trampa en las elecciones para darle el triunfo a Juan Imperio, cuando quien ganó fue Rogelio Guerra. Esta es la única trampa que se ha hecho en la historia de la ANDA, pues las elecciones siempre habían sido absolutamente limpias; hubo protestas y se dijo que el mandato de Imperio era espurio.

“De ahí nació un pleito contra él y Humberto Elizondo, ya que éste fue presidente de la Comisión Nacional Electoral y en la asamblea de toma de posesión de Juan Imperio dio un informe que sólo firmaron Elizondo y Carmen Montejo, lo cual no es válido, porque debieron suscribir todos los vocales.

“No firmaron (los vocales) porque se dieron cuenta de la trampa que hizo Humberto Elizondo. Los que hemos luchado por que las cosas se hagan con honestidad nos rebelamos y vinieron las acusaciones mutuas. Ellos, con el poder en la mano, consignaron a muchos compañeros.

“Para ese entonces yo ya había sido secretario general, y los que alguna vez ocupamos esa cartera formábamos parte de un consejo consultivo.

Cerca de 50 compañeros fueron afectados, consignados, y no sólo Evangelina, quien organizó una asamblea callejera para nombrar un comité interino, mientras se volvían a convocar nuevas elecciones. Desde ahí vienen los pleitos. Juan se fue y no dejó unido al gremio.

Luchas estériles

El actor y político Carlos Bracho menciona en entrevista: “Desde hace 10 años no estoy pendiente de la situación de la ANDA; hace unos días vi declaraciones de Evangelina Elizondo y Lilia Aragón, pero di la vuelta a la página, porque después de 40 años que luché, lo que denuncié es lo que está sucediendo hoy y nadie me hizo caso.

Señalé el cinismo, la desvergüenza, el robo, la droga y la pérdida de empleos que han provocado los dirigentes de la ANDA, por su incapacidad e incompetencia.

El también conferencista mencionó: “El principal cáncer de la ANDA es que es un sindicato antiguo y burocrático; lo dije hace 12 años, donde los directivos no tenían la menor idea de lo que era el sindicalismo, de su concepción filosófica y política, que cualquiera que pretendiera dirigirla debería tomar un curso de política, de historia de México y ser de izquierda.

“En esa ocasión también propuse no hacer más asambleas, porque todo actor que se atreve a levantar la voz para criticar es consignado; a mí hasta me pusieron policías y karatecas para que no entrara a las asambleas.

Es la historia de todos los sindicatos, de los partidos políticos, es el reflejo de la cultura del fraude y de la inmoralidad; la ANDA, específicamente, ha perdido todas las fuentes de trabajo de sus agremiados, sólo quedan dos o tres, donde la empresa Televisa es la más importante, es la que más dinero aporta a la asociación; pero la ANDA siempre ha hecho elecciones fraudulentas, en las cuales votan los muertos y ese tipo de prácticas; no ha trabajado para sus miembros sino está al servicio e intereses de las empresas. Todos los que la han dirigido han carecido de posición política de avanzada y de izquierda.

Bracho recuerda: Mis años de lucha iniciaron en la década de 1960, cuando me subí a tribuna y le menté la mamá al señor Rodolfo Echeverría, quien era el secretario general y hermano de quien, posteriormente, sería presidente de México; pero todos los secretarios generales me han consignado porque les señalé de frente y abiertamente todos los problemas de la asociación y su entreguismo; hace 10 años fue la última consignación y desde entonces me he dedicado a la literatura y a dar conferencias en diferentes universidades sobre literatura y política, ése es mi mundo. Pienso que esa lucha fue estéril como todas las que se emprenden en México.