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No devolverán plantas de etanol subsidios de Firco En 2006 –cuando en el mundo los biocombustibles se veían como la gran alternativa a la energía fósil y no provocaban aún desencanto en instancias gubernamentales– la Secretaría de Agricultura, por medio del Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco), decidió subsidiar con 50 millones de pesos a la empresa Destilmex para el establecimiento de una planta procesadora de maíz en etanol en Navolato, Sinaloa, y con otros 25 millones para MexStarch, que instalaría su planta en Los Mochis. Estos montos rebasaban con mucho el promedio de cinco millones de pesos que el Firco otorga por cada proyecto en el que se asocia (con riesgo compartido), pero se dieron “por excepción”, con la autorización expresa del secretario de Agricultura de entonces, Francisco Mayorga, con el argumento de que la nueva industria daría “salida” a oferta excedentaria de maíz blanco de Sinaloa. Además de esas dos plantas se preveía una más, en Guamúchil; en conjunto las tres procesarían casi un millón de toneladas de maíz, y el etanol sería para exportación a Estados Unidos. Sinaloa produce anualmente cinco millones de toneladas de maíz pero su consumo interno es de sólo 500 mil toneladas. Cada año los excedentes maiceros de Sinaloa se almacenan al término de la cosecha (en junio-julio) y luego se envían al centro y sur de México (para atender el abasto para producción de tortilla mientras comienza la cosecha de primavera/verano, en noviembre-diciembre) o incluso se exportan. Todo, en un proceso con fuertes subsidios (para fletes y pignoración). La entrega de los apoyos de Firco –que se hizo de manera discreta, sin anuncio público— buscaba involucrar a los productores de maíz como socios con acciones de las empresas y ocurrió cuando el marco legal para los bioenergéticos era inexistente; se hablaba de algunas iniciativas, pero no se pensaba entonces restringir el uso del maíz, pues los precios internacionales (y nacionales) del grano entonces estaban deprimidos. Un año después el escenario había cambiado drásticamente; los precios internacionales del maíz y demás granos se habían ido al cielo; la información de los subsidios de Firco había trascendido y las organizaciones campesinas y ambientalistas criticaban y critican que recursos públicos apoyen el uso de nuestro grano súper básico para atender la demanda energética de los autos de Estados Unidos. Además ya la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos (LPDB) se orientaba a prohibir el uso del maíz como materia prima, a menos que haya excedentes nacionales. Se ha dicho que los subsidios de Firco pagaron prácticamente la construcción de las plantas, pero fuentes involucradas en la autorización de este recurso en 2006 afirman que la planta de Destilmex costó 500 millones de pesos (diez veces el subsidio de Firco). ¿Qué ha pasado con esas plantas, con esas intenciones y con lo subsidios de Firco? En entrevista, Rodrigo Díez de Sollano, director de Firco, afirmó que la instalación de Destilmex está concluida, “pero lo más probable es que comience a trabajar utilizando una materia prima diferente al maíz; podría ser sorgo o cualquier oro grano, pues sus equipos son capaces de utilizar diversos materiales, y la producción no necesariamente será sólo etanol, sino va a generar también pastas secas de destilados y proteínas para consumo animal o humano”. Asimismo, la empresa podría decidir producir almidón a base de maíz. Lo que es un hecho es que la compañía no va a producir etanol con maíz, dijo Díez pues la ley lo prohíbe, y la Sagarpa vigilará esto. En cuanto a los subsidios dados a MexStarch, dijo que Firco no exigirá que se le regresen, a menos que la construcción de la planta fuera suspendida. “Ellos ya compraron parte del equipo. Está pendiente la construcción de la planta. Entonces está condicionado a que la planta no utilice maíz para producir etanol. Van a hacer algunas adaptaciones técnicas para usar otras materias primas”. Los subsidios de Firco quedaron en manos de las compañías, pero según Díez, Firco estará al pendiente de que se cumpla el compromiso de hacer socios a los agricultores proveedores de la materia prima. Firco está en espera de ver qué productores seleccionan las empresas. Díaz de Sollano dijo que la Sagarpa está en espera de que se complete el marco legal de la LPDB (el reglamento y normas ambientales) para entonces saber qué sigue en materia de subsidios. “Vemos la jatropha como una opción interesante, pero los apoyos dependerán del marco legal”. Al parecer esta consideración debió tenerse desde 2006. La moraleja: no apoyar proyectos cuando no hay un marco legal, sobre todo cuando se compromete el principal alimento del mexicano. (LER) |