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Daniel Giménez Cacho participa en el largometraje, que se estrenará mañana

“Voy a explotar, cinta para jóvenes que me recuerda una actitud punk”

Trabajar en estas obras es muy chingón, porque el director tiene claro para qué se va a realizar, por qué y cómo se va a contar, expresa

Acepté hacer este filme de Gerardo Naranjo sin haber leído el guión, dice

Foto
Daniel Giménez Cacho en un fotograma de la cinta
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de junio de 2009, p. 9

Después de viajar por varios certámenes internacionales, en los que fue bien acogida, y presentarse en el pasado Festival Internacional de Cine en Guadalajara, la segunda película de Gerardo Naranjo, Voy a explotar, se estrenará mañana en México.

Protagonizada por los jóvenes María Deschamps y Juan Pablo de Santiago; acompañados por Rebecca Jones, Martha Claudia Moreno y Daniel Giménez Cacho, la cinta sigue la fuga romántica de Román (De Santiago) y Maru (Deschamps), dos adolescentes problema que desaparecen y comienzan una rebelión imposible contra el mundo adulto.

En entrevista, el actor Daniel Giménez Cacho consideró: Me sentí bien al hacer la película; lo que me sorprendió más fue el resultado: Gerardo quitó muchas cosas del planteamiento original y quedó un trabajo violentísimo, más trágico y duro de lo que leí, en el que no hay ninguna apología de la rebeldía o del adolescente incomprendido; es más bien como un callejón sin salida y además absurdo, porque los jóvenes no se escapan a ningún lado. Es la imposibilidad de rebelarse.

Giménez Cacho explicó: “Había visto la película anterior de Gerardo Naranjo, Drama/Mex, que no era muy redonda; me llamó la atención el estilo y la energía, por lo que quería trabajar con él. Acepté hacer Voy a explotar sin haber leído el guión; cuando lo hice me di cuenta de que era una historia muy personal. Trabajar en este tipo de obras es muy chingón porque el director tiene un sentido clarísimo: para qué se va hacer, por qué y cómo se va a contar; entonces éso le da un sentido de cohesión muy suave”.

En la historia Román, de 15 años, es sorprendido con un plan secreto para matar a lo curas que lo educan y logra hacerse expulsar, pero falla en su objetivo de llamar la atención de su padre, un político de derecha. Después de una noche de excesos, Maru, de 15 años, despierta en una camioneta estacionada en un campo abierto. Ella sólo habla con su diario, mientras imagina que la vida sucede en otra parte.

Maru conoce a Román y piensa que será él quien la salvará del hastío. Coinciden en su rechazo al mundo adulto y deciden desaparecer juntos. Los jóvenes descubren lo que significa la vida en común, la intimidad, el acercamiento sexual, y experimentan emociones nuevas que los unen y al mismo tiempo los confunden.

Daniel Giménez Cacho consideró: La película me hace recordar la actitud punk de hacerla de pedo por gratuidad. Me sentí bien porque sabíamos que Rebecca y yo éramos los actores formados, que apoyaríamos a los jóvenes; era muy claro porque nuestros personajes estaban como caricaturizados. No fue un trabajo que requiriera un pastoreo fino o que el director te fuera llevando. Rebecca y yo entendimos bien cuál era el juego y nos permitió divertirnos, con una cámara a nuestro servicio.

El actor recomendó ir a ver Voy a explotar porque es una película de jóvenes que habla mucho de este momento, tiene que decirles mucho a todos los de esta generación. Es un retrato muy contemporáneo y fidedigno que puede ayudar a que los adultos entiendan un poco a los jóvenes.

Ahora es posible combinar el mundo del cine y del teatro

Giménez Cacho dijo: “Me da gusto estar en un momento del cine nacional en el que se realizan películas interesantes, con buen presupuesto y bien hechas; por otro lado, puedo dedicarme al teatro, que también me gusta. Cuando empecé había mundos escindidos: estabas con unos o con otros. Ahora es diferente, puedes combinar el trabajo.

“Soy muy analítico con mis personajes, con el tiempo reflexiono por qué tal personaje está bien, en qué radicó que otro no saliera muy bien o por qué no he podido hacer ciertas cosas actoralmente. Desde hace mucho tiempo me di cuenta de que la actuación es un trabajo que no termina, porque mientras más se perfecciona uno, se abren más puertas.

Pienso en por qué me gusta este oficio y me sorprende que alguien que nunca ha actuado pueda hacerlo muy bien. Considero que el actor siempre es el mismo personaje en distintas circunstancias, sólo que algunas veces lo hacen enojar, en otras no lo quieren y en otras usa bigote, concluyó.