Washington, 15 de junio. Estados Unidos y México firmaron un acuerdo que busca reforzar la cooperación fronteriza para combatir el tráfico de drogas y armas, sin que ese esfuerzo altere el importante comercio bilateral y permita, al mismo tiempo, el flujo de comercio legítimo. Esta es la primera vez que se está estipulando un plan integral sobre la problemática que se enfrenta en la frontera, sobre todo lo que tiene que ver con la interacción de ambas aduanas, indicó el secretario de Hacienda de México, Agustín Carstens, quien suscribió por su gobierno la carta de intención.

El funcionario negó rumores de prensa que le atribuían haber presentado su renuncia al cargo ante el presidente Felipe Calderón. Aseveró: No es cierto, definitivamente. Lo digo enfáticamente, y reiteró que estoy contento haciendo mi trabajo.

La carta de intención prevé tres aspectos: ampliar la cooperación de los cuerpos de seguridad de ambas naciones; asesoramiento y entrenamiento de agentes mexicanos que trabajan en las aduanas, y medidas para que esta iniciativa no afecte el comercio, paso de personas en la frontera y el turismo.

Ahí, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desembolsó 600 millones de dólares para México, dentro de la línea de crédito por 2 mil millones de dólares que acordó con ese país en diciembre para financiar un programa de lucha contra la pobreza, informó un comunicado. El contrato fue firmado por el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y por Carstens.

Por Estados Unidos firmó el acuerdo de cooperación bilateral la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, quien indicó que este pacto sirve para profundizar los alcances logrados en los últimos meses en el combate contra el tráfico ilegal en la frontera común.

Según Napolitano, entre mayo de 2008 y mayo pasado se triplicó en la frontera la incautación de armas, se duplicó la de dinero producto del narcotráfico, y aumentó 50 por ciento la de drogas.

A través de la coordinada aplicación de la ley y las comunicaciones mejoradas, podemos trabajar juntos para combatir la violencia en la frontera, al tiempo que apoyamos el turismo y el comercio, expresó Napolitano.

Con el acuerdo entre ambas naciones se crean comités binacionales de administración de aduanas, mediante los cuales se aumentarán las inspecciones fronterizas, y que serán dotados de nuevas tecnologías.

El acuerdo toma como base una declaración de principios firmada en junio de 2007, que establecía mayores contactos entre las oficinas migratorias, de aduanas y de protección de la frontera de ambos países.

Napolitano destacó que la carta de intención se suma a los esfuerzos adelantados por el gobierno del presidente Barack Obama en la frontera, que incluyeron el despliegue de entre 300 y 400 agentes en la zona, así como mayor coordinación con el gobierno de México.

Obama visitó México a mediados de abril, dos semanas después de que lo hiciera la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien reconoció en ese momento que el problema de la droga era una responsabilidad compartida.

Desembolso del BID

El préstamo del BID financia el programa Oportunidades, que busca mejorar la nutrición, salud y educación de las personas menos favorecidas en México. Éste es un instrumento crítico de política que permite blindar los efectos de esta crisis sobre las familias de pobreza extrema en el país, opinó Luis Alberto Moreno, presidente del BID citado por el texto.

Luego de firmar el pacto fronterizo, Carstens acordó con el BID el desembolso de 600 millones de dólares para México, dentro de la línea de crédito por 2 mil millones de dólares que aprobó en diciembre para colaborar en la lucha contra la pobreza.

El desembolso autorizado este lunes estará destinado específicamente a programas de nutrición y para seguir ampliando el programa Oportunidades en las ciudades, tras una primera fase que tuvo lugar en zonas rurales, donde la pobreza es casi tres veces más alta que en las urbanas, indicó el comunicado.