ómo estudiar el significado de una actitud de la mayoría de los mexicanos, en plena crisis política, económica y social, totalmente indiferente ante las elecciones del próximo mes y volcada en los vaivenes del futbol? Curiosamente fuimos a San Salvador
en busca de la magia que resuelve problemas y salimos crucificados. ¿No responderá el futbol como símbolo a nuestro devenir de una depresión colectiva que parece embargarnos?
La sicología social se encuentra a la zaga de los cambios sociales y requiere, para empezar, de situarse en el terreno adecuado para observar el problema social y, posteriormente, encontrar las diferencias y explicaciones pertinentes para luego integrarlas con solidez en un cuerpo de doctrina.
En este sentido, la originalidad del sicoanálisis ha sido estudiar la diferencia en la relación con el otro, con lo otro
, con la otredad
, es decir, la relación de lo otro del otro en nosotros, estudiar la diferencia entre los sexos, las ideologías, las culturas; teniendo en cuenta que el sujeto existe, antes aun de nacer, en el deseo de sus padres, lo que lo convierte en portador y depositario de los ideales del otro, constituyendo esto un refuerzo para la identificación imaginaria del sujeto. Por tanto, en los fenómenos de masas lo que se observa es un decantado de complejísimas capas donde confluyen entornos sociales, estructuras con significados muy diversos, dependiendo del escenario en que se den y que colocan al investigador o crítico en el problema de dónde situarse para observarlos, pues el escenario y el imaginario
son siempre dinámicos.
Los significados varían dependiendo del tiempo, el espacio, el movimiento y los personajes, empresas o gobiernos que los mueven, además de las motivaciones dominantes, que son las expresadas en su construcción. Es por ello que resulta sumamente difícil, si no imposible, medir e intentar traducir dichas actitudes.
La utilización de enfoques etnogenéticos con agregados extraídos del sicoanálisis social podrían permitir la conexión de las sensaciones, emociones, pensamientos y fantasías que la masa provoca en el investigador, inmerso, a su vez, en el fenómeno social, ayudando entonces a interpretar tan complejos problemas sociales.
El equilibrio en los estudios sociales debe integrar diferentes formas y manifestaciones según los tiempos y los espacios. Asimismo, es imposible entender estas expresiones de las masas separadas de nuestra historia o la historia mundial, ni es posible entenderlos separados de los problemas de nuestra crítica vida política actual, las relaciones con los países del Primer Mundo, la explosión demográfica, los campesinos no integrados en las ciudades, una población mayoritaria de jóvenes, la farmacodependencia y la globalización que junto con las tecnologías de punta acaban con el empleo, revierten valores y tradiciones.
Estas conductas de las masas no admiten interpretaciones simplistas. Una vez vividas y observadas requieren de un estudio profundo y de una reflexión acuciosa. Habría que indagar en las motivaciones inconscientes, sentimientos e imágenes regresivas que se hallan colocadas en figuras magnéticas, que generan movimientos de masas casi incontenibles, analíticamente diferentes y reductores de aspectos de índole biológica, difícil estudio e interpretación, basada en procesos de diferenciación entre sí, y de diferenciación de las manifestaciones políticas, procesiones religiosas (Juan Pablo II), los juegos deportivos, etcétera.