Expertos del Colegio de Posgraduados lamentaron que sólo 10 por ciento del presupuesto de estas casas de estudio se canalicen a investigación, pues de haber más apoyo, el conocimiento generado llegaría a los productores y estaríamos en vísperas de tener un campo más productivo, eficiente y menos dependiente de importaciones alimentarias.

Durante la presentación del libro Las ciencias agrícolas mexicanas y sus protagonistas, los doctores Gregorio Martínez, Leobardo Jiménez y Said Infante precisaron que pese a los bajos recursos que se destinan a ciencia, ésta se hace y bien, pero destacaron que es en la transferencia de estos conocimientos a los agricultores en donde está el problema. Así la investigación se queda en los científicos y no va a donde debe.

Infante señaló que esto no sucedía décadas atrás, cuando existía un “canal de extensión agrícola, el cual fue desmantelado en el sexenio de Miguel de la Madrid porque se determinó que era más barato importar alimentos que producir; pero eso no es cierto, pues la dependencia alimentaria vuelve vulnerable al país que los compra. Por eso es indispensable hacer llegar al pequeño productor las innovaciones en investigación.

Apuntó que esta situación se revertiría mediante la creación de un consejo nacional de investigaciones educativas y extensión agrícola, y que éste a su vez determinara a cuáles estudios se asignarían los recursos; tendría que ser algo parecido al Conacyt, pero que tenga la esencia de las investigación agrícola.

Abundó que este consejo debería estar conformado por organizaciones campesinas, productores ricos, y los directivos de la Universidad Chapingo, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y del Colpos. Refirió que los agricultores sólo se enteran de algunas de las innovaciones cuando acuden a estas casas de estudio o a sus centros regionales.

Señalaron que contar con este consejo evitaría que se repitan investigaciones, pues en más de una ocasión ha ocurrido que más de una institución se encuentra efectuando de manera paralela los mismos estudios.

Según los expertos del Colpos, entre los estudios que deberían realizarse están la de las semillas transgénicas y prácticas eficientes en el manejo del agua, entre otros, y añadieron que dados los escasos recursos que se canalizan a investigación agrícola los expertos consiguen financiamiento por fuera, particularmente con el Conacyt.