El presidente Felipe Calderón aseguró que en 1988 era un joven idealista –lo sigo siendo, pero lo otro (joven) ya no tanto– y por eso estuvo cuatro días en huelga de hambre junto con Manuel J. Clouthier, el extinto candidato presidencial del PAN, hasta que el gobierno accedió a discutir una reforma electoral.

Al visitar la planta de la trasnacional Abbott, donde se elabora el suero Pedialyte, rememoró esos días en que se unió por solidaridad, por coraje, por ilusión y por muchas cosas al movimiento de Clouthier y consumió únicamente dicho suero para evitar la deshidratación.

“Hubo una vez en diciembre de 1988, algunos todavía no nacían, cuando el partido en que milito estaba en la oposición y buscábamos que en México se hiciera una reforma electoral que generara un curso democrático, cuando un líder de este partido, que fue Manuel Clouthier, mejor conocido como El Maquío, empezó con esta exigencia una huelga de hambre en el Ángel de la Independencia”.

Tras contar ese recuerdo muy emocionante, que confesó haberle provocado su ingreso a esta planta, reiteró que ante retos muy desafiantes, los mexicanos y su gobierno en vez de ocultar y evitar los problemas, los enfrentan con determinación y firmeza.

Además, aseguró que México recibe la inversión, a diferencia de otros países donde se nacionalizan y expropian las empresas. Aquí les damos la bienvenida, los recibimos con los brazos abiertos, y lo que deseamos es que les vaya bien.

Es más –dijo–, el gobierno se empeña en proveerles las condiciones que permitan que invertir en el país sea un buen negocio.

En medio de la crisis, aseguró que siguen vigentes los pronósticos que ubican a México como una de las cinco economías más grandes del mundo, aunque en esta ocasión no mencionó para cuándo se superará dicha crisis. Aseguró incluso que la nación es más competitiva que algunas regiones de China y otros países asiáticos que han encarecido sus costos.

Resaltó que los inversionistas saben cada vez más que en México la gente hace las cosas bien, con esmero y dedicación, y no deben enfrentar paquetes laborales insostenibles, como en Estados Unidos.

Sobre la epidemia de influenza, se enorgulleció de que los mexicanos estén dejando atrás esa difícil situación, mientras otros países empiezan a enfrentarla. Aquí recibimos de golpe la existencia de ese nuevo virus, pero lejos de quedarnos cruzados de brazos, lo enfrentamos con firmeza y salimos adelante, afirmó.

Antes de regresar a Los Pinos en el helicóptero TP01, Calderón hizo un recorrido por la planta.