Opinión
Ver día anteriorMiércoles 10 de junio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
El Foro

Viaje de bodas

Foto
Fotograma de la película dirigida por la islandesa Valdís Óskarsdóttir
I

magine el espectador un perdido lugar de Islandia, en una indefinida estación del año. Un grupo de ruidosos viajeros trepados en dos autobuses (en principio uno para mujeres, otro para hombres), dirigiéndose a una boda a la que han sido invitados, e ignorando todos la ubicación precisa de la iglesia donde habrá de celebrarse.

Los protagonistas de Viaje de bodas, comedia minimalista y absurda de la islandesa Valdís Óskarsdóttir (editora de cintas danesas del movimiento Dogma: La celebración/Festen, de Thomas Vinterberg; Mifune, Dogma 95, de Soren Kragh-Jacobsen; pero también de la recién estrenada Mister Lonely, de Harmony Korine), muestran generosa y estentóreamente los rasgos de una gran familia disfuncional. Hay una anciana decrépita que no deja de increpar a todo mundo, a la menor provocación; la madre de la novia que ha decidido iniciar una vida nueva haciendo coincidir su divorcio con el matrimonio de su hija, y hostigando a todas las mujeres por sospechar flirteos con su nuevo amante, por demás resignado. Hay también un tío homosexual, cómodamente instalado en el closet, que nerviosamente presenta a su novio acompañante como un destacado sicólogo, volviéndolo el triste consejero de varios invitados apesadumbrados.

Así se suceden, a ritmo dislocado, las viñetas humorísticas de este road movie situado en medio de la nada. Por momentos, el espectador poco avezado en humor escandinavo, no atina a ubicar el motivo de la hilaridad a bordo de los autobuses; las bromas que semejan ocurrencias fallidas o provocaciones inocuas, en realidad van estructurando una deliciosa comedia del absurdo. La pareja nupcial termina aislada en el estrépito verbal circundante, y la agresividad de algunos de los invitados comienza a subir de tono hasta volver la atmósfera irrespirable. Una feria del recelo familiar, de la suspicacia vuelta sistema, del desdén apenas simulado y del cálculo grosero sobre las ventajas y desventajas de la unión inminente. El amante homosexual, sicólogo improvisado, estalla encolerizado: No soy gay, no me importaría serlo, ¿pero quién querría asociarse con una familia semejante?.

El trabajo de la realizadora conserva las huellas de su larga adhesión al estilo de filmación del Dogma danés: cámara en mano (de hecho cuatro cámaras siguiendo a todos los personajes), iluminación natural, tomas caprichosas con ángulos aún más arbitrarios, y un control maestro del sonido, capaz de registrar diferenciada y claramente los parlamentos en medio de la cacofonía generalizada. Un viaje de bodas sin destino final preciso, a la deriva, en el no man’s land que es premonición de la rutina conyugal o del destino fatalmente compartido con indeseables familiares nuevos. Una comedia falsamente ligera que planea lúdicamente por encima del pesimismo y el desencanto.

Se exhibe hoy en la Cineteca Nacional: 12, 16, 18:15 y 20:30 horas; mañana: 13, 16:30, 18:45 y 21 horas.