Los cuatro integrantes del grupo vocal Il Divo son un suceso mundial que ha vendido a la fecha, desde su formación en 2004, 25 millones de discos. Con este palmarés llegarán por segunda ocasión a México (antes fue en 2005) para hacer una gira llamada The promise (nombre de su nueva producción discográfica), que incluye tres presentaciones en el Auditorio Nacional, a partir de este 10 de junio.

Lo integran el tenor estadunidense David Miller, el francés Sebastien Izambard, el suizo Urs Buhler y el barítono español Carlos Marín. En entrevista telefónica desde Canadá, este último expresó que al principio las críticas más ácidas referían que visten como camareros.

En su concepto llevan el sonido clásico de la ópera al mundo de la música popular. Marín negó que su éxito sea sólo producto de la mercadotecnia. Hemos logrado conectar con el público; esa ha sido nuestra suerte.

Hemos abierto una puerta para que al público le guste el tipo de música que hacemos. Mucha gente nos dice que lo que hacemos es ópera, pero en realidad son canciones pop. Lo que pasa es que mezclamos las poperas con ciertos finales.

Los camareros

Aunque hacen versiones y covers, Marín subrayó que en sus cinco discos incluyen canciones originales. “En nuestro álbum nuevo vienen cuatro inéditas. Creo que siempre ha sido más fácil escoger un tema y en lugar de cantarlo en inglés hacerlo en español. Es más fácil llegar al oído con un cover, pero tenemos muchos temas originales”, precisó.

–¿Cuál es la crítica más dura que les han hecho?

–Hummm... fue en Inglaterra. Resulta que desbancamos a Robbie Williams como número uno; nos dijeron que parecíamos unos camareros.

–No se le ha hecho difícil seguir en Il Divo.

–Cada uno tiene su personalidad y no somos un grupo típico. El público sabe cómo nos llamamos y cada uno tiene sus fanáticos. Ya somos unos señores por encima de los 30 años. A nosotros nos juntaron en una audición y cada uno tenemos nuestro momento de lucimiento.

Música sin fronteras

–¿Cómo les va con el público gay?

–¡Muy bien! La verdad es, sinceramente, lo bueno de Il Divo, que no tenemos fronteras, con público que no es gay, como quien sí lo es. Da igual. Nuestra música no está dirigida a ninguna orientación sexual. Está orientada a la pasión. Cada vez vienen más hombres a vernos en los conciertos. La música no tiene fronteras.

En sus conciertos cantan The power of love, de Frankie Goes; Hallelujah, de Leonard Cohen, y Adagio, de Albioni. Marín comentó que él se emociona especialmente cuando interpreta A mi manera, de Paul Anka.

–¿Cuál es la importacia actual del romanticismo?

–Si no hay romance poca vida se puede hacer. Si quieres conquistar a alguien, qué mejor que darle unas rosas, o decir una frase bonita, o una frase dicha en el momento oportuno. Con la musica se pueden romper barreras.

El show lo integran 16 canciones; dura dos horas y cuarto con un intermedio de 20 minutos. No habrá invitados especiales. Lo que sí, que habrá una canción sorpresa.