na excelente adquisición, con base en la línea artística de La Compañía Nacional de Danza (CND), es el famoso ballet Graduation ball, o Baile de graduación, realizado en los años 40 por David Lichine para el Ballet Russe del Coronel de Basil.

Baile de graduación es de esas obras que a todo el mundo gustan, tiene el sabor eterno de las situaciones cotidianas o especiales que se repiten de generación en generación, con la chispeante música de diversas obras de Johann Strauss hijo, en una explosión de juventud , romance y buen humor que logran su objetivo.

La obra es una inyección de vitalidad en un perfecto desarrollo coreográfico y dramático que han hecho de Baile de graduación una de las piezas preferidas en el repertorio de compañías deseosas de conquistar y halagar a su público.

La primera representación se hizo en el Theatre Royal de Sydney, Australia, el 28 de febrero de 1940 durante una gira del Ballet Ruso, donde Lichine y Tatiana Roubushinska interpretaban los roles principales.

Posteriormente, con Sol Hurok como empresario, se presentaron en el teatro de la calle 51, en Nueva York, el 6 de noviembre de 1940 con el mismo cast en su mayoría, para finalmente ser incluido Lichine y su Baile de graduación en el Ballet Theatre, hoy American Ballet, en un sonado estreno en el Metropolitan Opera House de la urbe de hierro, ahora con nuevas estrellas, como María Talchieff, John Taras, Resella Hightower, etcétera, en un programa con obras esenciales del repertorio del ballet estrenada el 8 Octubre de 1944.

Desde entonces, Graduation ball es una excelente carta en la programación de las diversas compañías conservadoras de ballet, que indudablemente enriquece el repertorio de la compañía oficial de Bellas Artes, Conaculta y CNA.

En 1961, David Lichine vino a México para hacer la película de su famoso ballet con bailarines mexicanos, en la que Diana Alanís protagonizaba la obra con un joven americano cuyo nombre he olvidado. Las audiciones realizadas por Lupe Serrano en la Academia de la Danza, se prolongaron durante varios días. Entre ensayo y ensayo algunas bailarinas de la compañía de Danza Contemporánea de Bellas Artes nos asomábamos a mirar y fue así como me invitaron a audicionar. Tal fue mi sorpresa que me seleccionaron para un pas de quatre en el que bailaban, Susana Benavides, Margarita Contreras, Rosa Bracho y yo, con triple pirueta sur les pointes, que para mi bailarina, modernota, resultaba una buena prueba. Las filmaciones se realizaron en el Castillo de Chapultepec por las noches con tremenda matada, como decíamos en el caló dancístico, pero en medio de un ambiente extraordinario y una divertida genial, pues algunos chicos hacían bromas que nos mantenían muertas de la risa. Graduation ball se llamó, si no me equivoco como película, Noches de ballet.

David Lichine, o David Lichtenstein, era un gran bailarín y coreógrafo de Les Ballets Russe de Montecarlo del Coronel de Basil, que realizó un importante intento por rescatar la obra de Serguei de Diaghilew, el gran empresario original de la mítica compañía del Ballet Russe, con nuevos repertorios y bailarines de nueva generación. Lichtenstein nació en Rusia, en la ciudad de Rostov, en 1910, y estudió ballet con Luvov Egorova y Bronislava Nijinska, en París.

Casado con Tatiana Riabouchinska, le tocó ser partícipe de otra etapa y artistas gloriosos del ballet mundial, creando asimismo muchas obras. Su debut lo realizó con la bellísima Ida Rubinstein, quien también fuera miembro del Ballet de Diaghilew.

Entre algunas de sus coreografías destacaron: Les preságes, Cotillón, The prodigal son, en su propia versión, y Graduation ball, que en realidad se llamaba Junior Cadet’, etc; montó obras para Les Ballets des Champs Elyseés, London Festival Ballet, el Danish Ballet y otros. Sin embargo, su obra más exitosa y viva es Baile de graduación. David Lichine puso su escuela y compañía en la ciudad de Los Ángeles, donde murió en fecha imprecisa.

Ahora, Enrique Martínez, de origen cubano y asentado en Nueva York hace muchos años, donde ha desarrollado una importante carrera como bailarín y coreógrafo, montó para la CND esta bonita obra, seguramente con la versión del American Ballet, en la que bailó también la enorme Alicia Alonso.

La función que usted no debe perderse es este 7 de junio en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, a las 18 horas, donde también forman parte del programa Rara Avis, de Alberto Méndez, gran coreógrafo cubano, La sílfide, y Gala de Ballet. Es una buena noche de ballet, vaya.