Se puede encontrar desde comida típica salvadoreña hasta matrioskas rusas
Los locales de Líbano o Vietnam, los más visitados; el de Estados Unidos, poco concurrido
Domingo 7 de junio de 2009, p. 31
A finales de abril la ciudad de México estuvo desolada; a principios de junio el Paseo de la Reforma está convertido en un corredor cosmopolita. Es un paso atiborrado de cultura, sabores y recuerdos.
Están las pupusas salvadoreñas, los nacatamales catrachos y el kimchi coreano, pero también se encuentra el contenedor cultural de Chile, la posibilidad de tomar una clase de Tela Batik –técnica de pintura con cera, originaria de Indonesia– o admirar la exposición fotográfica Muchas Mujeres, del fotógrafo polaco Mikotaj Grynberg.
La travesía arranca en la glorieta del Ángel de la Independencia. Hay estands y carpas multidisciplinarias. En éstas igual se ofrece una pulsera colombiana de caña de flecha que una matrioska rusa; en la carpa de cine se proyectan filmes en diversos idiomas.
Turistas, defeños y residentes extranjeros se muestran orgullos de coincidir en el Paseo de la Reforma. Cada uno tiene su historia y la Feria de las Culturas Amigas es el espacio para compartirlas.
Al hijo de Consuelo lo mandaron por masa; es la segunda ocasión que tiene que hacerlo. Su madre es salvadoreña radicada en México desde 1980.
Consuelo nació en el departamento de Libertad y es quien cocina las pupusas en la acera de Reforma.
En la carpa de Guatemala lo que más llama la atención son Los Quitapesares –cajas de madera, muy pequeñas, en cuyo interior se encuentran seis muñecos de trapo.
La comunidad guatemalteca explica cómo funcionan: Si un niño tiene algún pesar basta con que se lo platique al muñeco de trapo para que desaparezca. Pero tiene que ser una pena por muñeco y éstos deben de estar debajo de la almohada cuando el niño duerma
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Hace tiempo que estornudar en público ya no es motivo de reproche. Ya no hay alerta sanitaria y las opciones culturales y recreativas regresan a la normalidad.
Si algo positivo trajo consigo la influenza es este corredor que permanecerá abierto hasta el próximo 14 de junio y representa una de las mejores alternativas de esparcimiento.
En la carpa de Uruguay hay espacio para Mario Benedetti; en el contenedor cultural de Chile, una de las referencias es Pablo Neruda.
Entre las fotos de Neftalí Reyes sobresalen dos: la primera es de 1950 y en ella, además del poeta chileno, aparecen Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros; la segunda fue tomada 16 años después y está acompañado por Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Ernesto Sábato.
En la carpa de China se habla de su caligrafía y los significados de su horóscopo.
También las estands de culturas que nos resultan lejanas son copados por los visitantes. Los hay de Palestina, de Vietnam, de Egipto. En ellos se explican sus tradiciones, las condiciones actuales de sus países y lo característico de su gastronomía.
Entre la carpa de Colombia y la de Vietnam se encuentra la de Estados Unidos. A decir verdad son pocos quienes la visitan. La mayoría de los objetos que se exponen son libros y documentales en video. Hay una manta que hace referencia a la biblioteca Benjamin Franklin y de la mesa sobresale uno de los títulos: No más ventanas rotas. El nuevo paradigma policiaco.