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Ver día anteriorSábado 30 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿Estancias electorales changarrizadas o guarderías?
F

ue candidata a la Presidencia de la República en 1994 y luego embajadora de México en Brasil. Ahora trabaja para el dueño de Telmex, Carlos Slim, como responsable del área de Educación a Universitarios, del Instituto de Educación de la Fundación Carso.

En calidad de lo anterior, Cecilia Soto atestiguó el acto en el cual Miguel Ángel Yunes, director del ISSSTE, sostuvo que siendo éste el primer organismo público que trabaja en coordinación con esa fundación, y debido a su generosa visión y permanente responsabilidad social, el organismo que dirige ofrecerá más y mejores prestaciones, como el curso-taller Crecer juntos –impartido por el Instituto en que colabora Cecilia Soto–, que se extenderá a todas las entidades del país, lo que se traduce en servicios de calidad y calidez para las estancias de bienestar y desarrollo infantil de la institución.

Por cierto, sí son estancias, aunque ahora deban recurrir a Slim y Soto para ganar calidad, a diferencia de las estancias infantiles de la estrategia calderonista Vivir mejor, donde evitan llamarse guarderías, para esquivar la NOM 167 (1997).

Este modelo de estancias –cuyo antecedente inmediato es el riesgoso programa Centros de Atención e Integración Social (CAIS) de Josefina Vázquez Mota en la Sedeso del foxismo, que brotó como oootra ocurrencia en la campaña de Calderón, como en Atizapán, las guarderías operadas por abuelitas (15/2/06)– ha sido asumido por Lía Limón, desde la dirección de Políticas Sociales de Sedeso, casi personalmente como compromiso presidencial de repercusiones electorales en 2009.

Claro que para ella la ocurrencia pretende ser una fuente generadora de empleo, pero sin politizar su padrón ni favorecer al partido en el gobierno.

Pintando fachadas, sellando escaleras, abriendo puertas, tumbando muros y apenas con capacitaciones, las estancias changarrizadas para Vivir mejor pisotean las del IMSS/ISSSTE y las de jornaleros agrícolas, pero llenan de cifras la política social de Calderón.

A pesar de que muchas mujeres emprendedoras –antes en desempleo– intentan hacer bien su labor, la ocurrencia de Calderón pretende cubrir un derecho con precaria calidad y evidentes riesgos para el desarrollo sicomotor y emocional de los infantes atendidos por personal no capacitado. Por algo, hasta Lía Limón reconoce que los changarros no cuentan con personal especializado, pero las responsables ¡¡son gente con experiencia!!

Los cuidados del modelo no atienden el derecho a la instrucción de primera infancia, fundamental para el desarrollo físico, mental, la captación cognitiva y el incremento de la escolaridad, que postula la ONU.

Pero el modelo Limón también ignora las guarderías pioneras del DIF con presencia en 26 entidades: 659 CADI que atendien a 56 mil niños y mil 935 CAIC que se ocupan de 89 mil, aunque carezcan de recursos etiquetados, mientras los changarros de Calderón contaron con mil MP en 2007, mil 449 en 2008 y 2 mil 500 en el año electoral 2009.

Sin embargo, la Sedeso sólo ha favorecido a las guarderías de Calderón. En septiembre de 2008 firmó un convenio con Farmacias del Ahorro para que siete mil changarros recibieran un botiquín médico y tarjetas de descuento para adquirir productos con 10 por ciento de rebaja. Entonces, Margarita Zavala, esposa de Calderón, remarcó que el programa da oportunidad a las mujeres para que puedan salir a trabajar y obtener un ingreso para sus familias.

Ante este entusiasmo, Ernesto Cordero, titular de Sedeso, declaró, casi desbocado, que el muy exitoso programa merecía ser ampliado para alcanzar 9 mil changarros, una vez que Lía Limón reconoció que no se cumpliría la meta anual por falta de recursos.

Después que desde el Senado se denunció que la falta de capacitación ya ha ocasionado dos muertes (en Chihuahua y Sonora), además de otras tres debidas a desnutrición, problemas cardiacos y broncoaspiración en estancias de Hermosillo, Tijuana y Texcoco, la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados advirtió sobre la ausencia de mecanismos para verificar la atención y seguridad que brindan los changarros.

A todo anterior Lía Limón respondió que pueden darse estos casos siempre: donde hay menores, hay más riesgos. Estas cosas suceden en todos los espacios de atención infantil.

Limón es licenciada en derecho y maestra en relaciones internacionales. Su experiencia laboral se limita a la dirección de Asuntos Internacionales del IFAI y a la campaña de Calderón.

Los resultados de una encuesta oficial sobre los servicios que prestan estos changarros muestra que hasta 98 por ciento de las beneficiarias están satisfechas con su ubicación y que la gran mayoría considera que su ingreso personal aumentó 35 por ciento desde que encargan en ellas a sus hijos. Antes de usarlas, 35 de cada 100 beneficiarias estaban desempleadas. Hoy, 26 de ellas ya están ocupadas. Estos resultados son coincidentemente tan exitosos, como los de las encuestas calderonistas del Seguro Popular.

Por su parte, Cecilia Landerreche Gómez Morín, directora del DIF, estima que el servicio que prestan estas instancias es imprescindible, toda vez que los niños deben participar dentro de la sociedad, pero de manera distinta a como lo hacen los adultos, pues en lugar de bloquear calles, proponen hacer obras sociales que llamen la atención de la autoridad (sic).

Es un programa riesgoso que mantiene a los infantes en una situación vulnerable, pero barato y electoralmente lucidor; que satisface a un cliente cautivo: una madre que se queda tranquila mientras trabaja. Y que, quién quita, hasta podría ser pronto fortalecido, como Yunes en el ISSSTE por Carlos Slim y Cecilia Soto.

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco