La mayoría de los delitos registrados en la ciudad de México son cometidos por menores de edad, quienes también son utilizados cada vez más por la delincuencia organizada como burreros o distribuidores de drogas, aseguró ayer la presidenta de la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Carmen Segura Rangel.

En conferencia de prensa que ofreció conjuntamente con el coordinador de la bancada del PAN, Miguel Hernández Labastida, detalló que la edad promedio en la que están comenzando a delinquir los niños son los 12 años, participando de manera más recurrente en robo, en sus distintas modalidades.

Incluso, citó datos del Consejo Tutelar para Menores, según los cuales la mayoría de menores de edad que enfrenta un proceso legal por incurrir, sobre todo, en el delito de robo, son de 15 a 17 años, y en un alto porcentaje residen en las delegaciones Iztapalapa y Gustavo A. Madero.

Es en esas demarcaciones –dijo Segura Rangel– donde se observan también altos niveles de consumo y venta de drogas, actividad ilegal en la que son utilizados los niños como burreros o distribuidores de estupefacientes.

De ahí que se pronunció porque las autoridades trabajen más a fondo en programas de concientización hacia los jóvenes, para que acaben con su adicción a las drogas o bien evitar que caigan en ellas.

A su vez, Hernández Labastida mencionó que un problema actual y grave es la delincuencia juvenil, sobre el que se requiere un trabajo intenso y conjunto de todas las instituciones. Hay personas que quieren que bajemos la edad penal de los 18 años, pues ya desde los 12 años están delinquiendo, y por eso demandan una acción más dura por parte del Estado, añadió.

Los dos legisladores coincidieron en señalar que la actitud agresiva de los menores de edad viene desde sus primeros años de vida, en donde un factor fundamental son los juegos y los juguetes bélicos, por lo que informaron que presentarán una iniciativa de reformas legales para que la ALDF promueva de manera continua y constante el cambio de jueguetes bélicos por didácticos.