Quito, 24 de mayo. Los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y Hugo Chávez, de Venezuela, propondrán a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) la creación de una instancia que defienda a los gobiernos de los abusos de la prensa, descrita por ambos mandatarios como un instrumento de la oligarquía que sirve para combatir los proyectos socialistas respaldados en las urnas.

Cuando sea presidente de la Unasur lo voy a plantear formalmente: crear instancias que defiendan a los ciudadanos y a los gobiernos legítimamente electos de los abusos de la prensa, dijo Rafael Correa, cuyo gobierno asumirá en julio la presidencia pro témpore de Unasur.

Secundado por su homólogo venezolano, Correa prometió sanear su país de una prensa que describió como corrupta, instrumento de la oligarquía y el principal enemigo del cambio en ambas naciones.

Cuenta Ecuador con todo el apoyo de Venezuela en su lucha interna contra este fenómeno que ya raya en la locura del fascismo, pero crudo, abierto, descarado, cínico, afirmó el jefe de Estado venezolano.

Evo Morales llega sorpresivamente

El presidente de Bolivia, Evo Morales, que llegó sorpresivamente a Quito para participar en los festejos independentistas de Ecuador, se abstuvo de respaldar abiertamente la propuesta, aunque se quejó de las acciones de la prensa de su país y anunció que en breve se reunirá con directivos de la Sociedad Interamericana de Prensa para conversar y demostrar cómo la mayor parte de medios de Bolivia mienten y también son corruptos.

Los cuestionamientos se enmarcan en las tensas relaciones que mantienen los presidentes con los medios en sus respectivos países.

En Venezuela el canal de televisión Globovisión, crítico de Chávez, acusó al gobierno de querer silenciarlo luego de que fue allanada una residencia de su dueño.

Según el mandatario, en el lugar estaban acaparando vehículos de lujo y pese a ello el canal “montó un show para decir que es la persecución del gobierno contra un medio de comunicación.”

Pretenden cubrirse con el manto de la impunidad. Es una batalla de todos los días por la moral y la verdad, y la daremos con toda fuerza, anticipó.

En tanto, en Ecuador las autoridades anunciaron recientemente que realizarán una auditoría legal y administrativa a la concesión de las frecuencias otorgadas a las emisoras de televisión y radio, las cuales han sido acusadas de cometer abusos y actos de corrupción.

Correa insistió en que un sector de la prensa sólo busca desprestigiarlo con fines políticos, y por ello ha planteado la necesidad de crear nuevas leyes para castigar los excesos de las empresas mediáticas.

Uno de los mayores enemigos del cambio en América Latina es cierta prensa comprometida con los poderes fácticos que siempre han dominado nuestra región. Tenemos que enfrentar y derrotar a ese poder tan grande y tan impune, afirmó.

La prensa puede ser derrotada con leyes más fuertes que sancionen tanta distorsión, tanta desinformación, tanta mala fe, tanta corrupción, puntualizó Correa.

Chávez extendió las críticas a la Organización de Estados Americanos (OEA) por no haber tocado ni con el pétalo de una rosa a la prensa burguesa, cuando fue cómplice del golpe de Estado que lo sacó del poder por unas horas en abril de 2002.

En ese sentido, volvió a comparar al organismo con un perol (trasto) viejo y se preguntó insistentemente sobre su conveniencia.

Los mandatarios compartieron sus críticas durante la quinta visita que realizó Chávez a Ecuador para estrechar su alianza política y energética con Correa, coincidente con la celebración de la lucha indepedentista ecuatoriana.

Esta fecha es también el día de las fuerzas armadas, en memoria de la batalla de Pichincha, en la cual las tropas del mariscal Antonio José de Sucre dieron un certero golpe a las fuerzas españolas del general Melchor Aymerich.

La batalla de Pichincha, desde el punto de vista militar y estratégico, ha sido estudiada como una prueba de la destreza castrense de Sucre, entonces de 27 años.

Al amanecer del 24 de mayo, las tropas libertadoras se desplegaron en una ladera del volcán Pichincha, a unos tres mil 500 metros de altura, donde se puso fin a la dominación colonial en el territorio del cabildo de Quito.

En este lugar, conocido como la Cima de la Libertad, se encuentra hoy el Museo Templo de la Patria, donde están expuestos, en su parte exterior, bayonetas y cañones utilizados por las tropas patrióticas y se pueden apreciar varios murales que representan momentos destacados de la gesta libertadora, así como los nombres de combatientes de diferentes nacionalidades sudamericanas que participaron en la batalla.

Correa destacó en la ceremonia conmemorativa la revolución ciudadana que impulsa en su país y comprometió a Chávez y Morales a seguir adelante con la segunda independencia de los países de la región y con el proceso de unidad sudamericana.

No vamos a cambiar el rumbo. Por el contrario, vamos a radicalizar y profundizar nuestra revolución ciudadana, señaló Correa, quien subrayó que en los próximos cuatro años profundizará los programas de apoyo al desarrollo indígena en Ecuador.

Tanto Correa como Chávez defendieron la nacionalización de sectores estratégicos de la economía y la toma de control por parte del Estado, del nuevo Estado, según la definición del venezolano.

Las políticas de nacionalización del gobierno venezolano han afectado no sólo a empresas europeas y estadunidenses, sino también a compañías de Argentina y México.

Este domingo, el ministro argentino del Interior, Florencio Randazzo, afirmó que el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hará todas las gestiones para defender los intereses de las empresas de su país, en referencia a la decisión de Chávez de nacionalizar tres empresas siderúrgicas, Tubos de Acero de Venezuela, Materiales Siderúrgicos y Complejo Siderúrgico de Guayana.