La epidemia de influenza humana que enfrentó el país evidenció las deplorables condiciones del sistema nacional de salud. No se necesita ser adivino para saber por qué en México la gente murió, a diferencia de lo que ocurrió en otros países: la situación económica de la mayoría de la población, mucha en extrema pobreza que no tiene acceso a servicios médicos, y las graves deficiencias del sistema de sanidad, consideró Andrea Toledo Rojas, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

La especialista subrayó que la problemática sanitaria que se enfrentó debido a la influenza A/H1N1 representa una oportunidad para la ciencia y quienes se dedican a ésta. “Es tiempo de que, a escala federal, el gobierno voltee a ver los beneficios de apoyar en grande ese rubro. Se deben crear nuevos centros de investigación, debe apoyarse a la educación y la investigación, pues hay gente muy capaz.

Los buenos cerebros deben ir acompañados de una buena infraestructura, lugares de diagnóstico, hospitales. En México hay personas capaces, pero falta infraestructura y un sistema de salud ordenado y coordinado.

La universitaria lamentó que en el país no haya un apoyo real y comprometido con la ciencia, la tecnología y la educación, pues de haberlo tenido los mexicanos habrían estado preparados para enfrentar de manera adecuada la pandemia.

Agregó: resulta lamentable que entre la población las medidas de higiene, hasta antes de la presencia del nuevo virus, no fueran las mejores, por lo cual consideró que es indispensable que éstas sean adoptadas de manera permanente, pues así se creará una nueva cultura de higiene.

Indicó que aun cuando en el Distrito Federal se pasó a la fase verde y se espera que muy pronto se levante en el país la alerta sanitaria, las medidas de higiene deben formar parte de la cultura de los ciudadanos, con el fin de disminuir todo tipo de riesgos a la salud.

La universitaria consideró que se debe crear conciencia entre la sociedad para que las medidas de higiene no se olviden, ya que son básicas. Es chistoso que nos digan que debemos lavarnos las manos cada vez que llegamos a un lugar o que usemos cubrebocas cuando presentemos una enfermedad respiratoria. Esto se debe enseñar desde el entorno familiar.

Confió en que tras la crisis sanitaria la gente se haya sensibilizado para ser mucho más precavida en cuando a higiene. Otra gran enseñanza que nos dejó esto es acudir a un médico y no autorrecetarse, apuntó.