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Entre 28 y 30 penales aglutinan 50 por ciento de los reos del país, dice el subsecretario

Sobrecupo e intromisión criminal elevan el peligro en prisiones: SSP

El DF cuenta con la mayor cantidad de cárceles consideradas focos rojos, según Patricio Patiño

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Aspecto del Reclusorio Preventivo Sur, uno de los centros de readaptación social considerados focos rojos, donde el martes pasado al menos 100 internos se amotinaron por la suspensión de visitas ordenada a raíz de la emergencia sanitaria, recién concluidaFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de mayo de 2009, p. 3

Entre 28 y 30 cárceles son consideradas focos rojos por las autoridades, debido a que concentran 50 por ciento de la población penitenciaria nacional. En los casos de prisiones como las de Tijuana, Ciudad Juárez y Torreón, aunque los internos son de mediana peligrosidad, se convirtieron en factor de riesgo para esas instalaciones y la sociedad, por su capacidad para delinquir desde la cárcel, señaló el subsecretario del Sistema Penitenciario Nacional, José Patricio Patiño Arias.

De acuerdo con el funcionario, en esas 28 o 30 prisiones se tienen que hacer esfuerzos acelerados, primero por mantener un equilibrio respecto del orden interno, y en segundo lugar, iniciar una despresurización que ayude a corregir ese desequilibrio.

Según la Estrategia Nacional Penitenciaria 2008-2012, elaborada en diciembre pasado por la SSP federal, el Distrito Federal es la entidad que opera el mayor número de prisiones consideradas focos rojos, pues los reclusorios preventivos Norte, Sur, Oriente, el Centro Varonil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla y la penitenciaría de Santa Martha Acatitla, presentan sobrepoblaciones.

El Reclusorio Norte puede atender a 5 mil 631 internos, sin embargo tiene 11 mil 761 reos; el Reclusorio Oriente cuenta con 3 mil 500 espacios, pero la población es de 11 mil 583 internos; el Reclusorio Sur puede resguardar 3 mil 536, pero aloja a 6 mil 776 personas.

El Centro Varonil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla está diseñado para mil 68 presos, pero lo ocupan 2 mil 598; y finalmente la penitenciaría de Santa Martha Acatitla cuenta con mil 851 espacios, pero tiene 2 mil 363 presos.

En segundo lugar, por número de prisiones con sobrepoblación, se encuentran los estados de México y Baja California, con tres prisiones cada una. Sin embargo, sobresale la entidad norteña, ya que en sus cárceles se han registrado motines y se presenta un alto control de estas instituciones por parte de grupos del crimen organizado.

El Centro de Readaptación Social (Cereso) Jorge A. Duarte Castillo, en Tijuana, Baja California, aunque tiene espacio para 2 mil 712 internos, acoge a 7 mil 215 reos. Asimismo, el Cereso de Mexicali tiene capacidad para mil 870 internos, pero lo ocupan 4 mil 525; el llamado Cereso del Hongo, aunque tiene 3 mil 684 espacios para 3 mil 382 reclusos, constituye un foco rojo.

La SSP federal considera que en el estado de México tienen alto riesgo prisiones  como Neza-Bordo (con 79 por ciento de sobrepoblación); la de Tlanepantla (176 por ciento de sobrepoblación), la de Ecatepec (162 por ciento de sobrepoblación), y la cárcel conocida como Santiaguito, en el municipio de Almoloya, que depende del gobierno estatal (con 22 por ciento de sobrepoblación).

Otros penales considerados peligrosos son el Reclusorio Preventivo de Guadalajara, Jalisco, que cuenta con una sobrepoblación de 132 por ciento; el llamado Cereso de Puente Grande, que maneja el gobierno local, con 161 por ciento de sobrepoblación; Sonora posee dos cárceles de riesgo, en Hermosillo y Nogales, con 163 y 44 por ciento de sobrepoblación.

La prisión de Topo Chico, en Nuevo León, pese a que no tiene sobrepoblación, se considera de riesgo por su alto número de presos relacionados con el crimen organizado, y sobre todo porque están vinculados con dos de los grupos más violentos del narcotráfico, Los Zetas y el cártel de Sinaloa.

El penal de Culiacán, Sinaloa, llamado Cecjude, también es considerado foco rojo debido a los nexos de su población penitenciaria con el crimen organizado, a pesar de que el número que purgan o son enjuiciados por delitos del fuero federal –como delincuencia organizada, delitos contra la salud o violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego– representa sólo la tercera parte de los internos. Su sobrepoblación es de apenas 13 por ciento.

Un caso importante, a decir de fuentes del gobierno, es la cárcel de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde la sobrepoblación es de 43 por ciento, y los presos por delitos del fuero federal superan a los acusados de delitos del fuero común. Además de que hay dos bandas, Los Mexicles, vinculados con el cártel de Sinaloa, y  Los Aztecas, relacionados con el cártel de Juárez. Apenas en marzo pasado, una riña entre estos grupos dejó 20 muertos.

A estas prisiones se suman los ceresos de Atlacholoaya, Morelos; Chihuahua y Colima; el número uno de Durango; El Amate, en Chiapas; el de Mil Cumbres, en Morelia, Michoacán (donde ya se han registrado fugas masivas operadas por Los Zetas); el Venustiano Carranza, en Nayarit; la prisión de Mérida, Yucatán, y la de Villahermosa.

De acuerdo con la SSP, de los más de 222 mil presos que hay en el país, 51 mil 577 (23.23 por ciento) han cometido delitos del fuero federal.

Capacidad intelectual

En los penales que maneja la SSP federal hay 4 mil 582 internos, y se estima que 200 son los más peligrosos.

Sin embargo, a decir del subsecretario Patricio Patiño, el perfil criminológico de quienes están en las cárceles que operan los gobiernos estatales, los determina como internos de mediano riesgo, pero, por alguna circunstancia, se convierten en factor de riesgo por su capacidad para seguir delinquiendo desde la cárcel, aunque su capacidad no sea necesariamente económica, sino intelectual para organizar a otros presos.