Domingo 24 de mayo de 2009, p. a20
Debo reconocerlo… Nunca, nunca, había leído Cumbres borrascosas. Creo que, como muchos, caí en el prejuicio que asocia a Emily Brontë con las novelas rosas (prejuicio que también se aplica a otra autora inglesa, Jane Austen).
Corrijo: había leído Cumbres Borrascosas a la carrera, para un examen en la escuela, y recurrí –también como muchos– a las sinopsis que vendían en pequeños libritos, así que poco se quedó en mi cabeza de la trama o los personajes, y sí, la bendita sinopsis me pareció algo muy cursi.
Sin embargo, de vez en cuando, sobre todo ante la locura que representa ir a las librerías y ver los cientos de novedades editoriales en los anaqueles, sin saber qué elegir o si el volumen cuya portada llama la atención será un buen libro y no un desperdicio de dinero y tiempo, la mejor decisión es darle una segunda oportunidad a algún título.
En mi caso fue la novela de la Brontë y, ya estando en esas, pues también una de Jane Austen, Persuasión, que es menos conocida y creo que nunca se ha llevado al cine, como sí ha ocurrido con Emma, Sensatez y sentimientos, Orgullo y prejuicio o Mansfield Park (que aún me niego a ver o leer).
De Cumbres borrascosas existen numerosas ediciones de varios sellos. La que elegí primero fue la de DeBolsillo, con traducción de Carmen Martín Gaite (precio de lista: 169 pesos), aunque después llegó a mis manos una edición preciosa de Siruela, con prólogo de Alejandro Gándara y traducción de Cristina Sánchez Andrade (precio de lista: 595 pesos).
Junto a él, la biografía de Emily Brontë escrita por Winifred Gérin, publicada por Atalanta (siéntese, porque le voy da decir el precio de lista: 870 pesos). Primero leí la novela y después la biografía. La experiencia es rarísima, porque, en efecto –y aquí discúlpeme la frase hecha–, en la biografía se descubren las claves, paisajes, momentos y experiencias que dieron vida a Catherin y Heathcliff: los páramos no eran más que el paisaje que Emily disfrutó y vivió desde niña; el personaje de la señora Dean, quien para mí es la que lleva las riendas de la historia y es la causante de más de una desgracia, no era otra que una de las trabajadoras domésticas de su casa, e inclusive la descripción del pueblo está basada en lo que ella conoció en sus salidas.
Es curioso, Emily comparte historia de vida con Jane Austen. Las dos, hijas de reverendos; las dos, nacidas y criadas en un ambiente rural; ambas, escritoras desde niñas; aunque aquí la historia se divide un poco… Austen tuvo más éxito en vida que Emily Brontë y, por supuesto, también escribió más la primera que la segunda, aunque Emily también hizo poesía. (Historia aparte merecen sus hermanas Anne y Charlotte, también novelistas y poetas.)
Jane Austen murió en 1817; su novela póstuma fue precisamente Persuasión. Un año después nació Emily Brontë. Las dos trataron de superar, con sus personajes femeninos, las convenciones de su época, y ellas mismas, queriendo o no, las rompieron al ser escritoras y quedar solteras. Emily Brontë murió en 1848.