La movilización es la única posibilidad que tenemos para impedir que se desaparezca a los trabajadores administrativos de la Procuraduría General de la República (PGR), ya que después de la publicación de la nueva Ley Orgánica de la institución, sólo ganando un amparo se mantendrá la actual plantilla de trabajadores agremiados, advirtió Sergio Chico Méndez, dirigente del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de la PGR (SNITPGR).

Entrevistado durante una manifestación frente a la sede de la dependencia que dirige Eduardo Medina Mora, el líder gremial apuntó que la Ley Orgánica de la PGR, recientemente aprobada por el Congreso, viola derechos laborales y sindicales.

Exámenes a modo

Chico Méndez señaló que con esta nueva normativa se intenta desaparecer a los 2 mil 300 trabajadores de base mediante la aplicación de exámenes de confianza, que llevan la consigna de que todos reprueben y así puedan ser despedidos sin más justificación.

Refirió que en 2004 había casi 3 mil 900 trabajadores de base, lo que indica que la reducción de personal ha sido fuerte, y advirtió que con esta nueva embestida la pretensión de la autoridad es que desaparezcan los trabajadores de base.

Indicó que los salarios de este personal son de hambre, pero en las actuales circunstancias económicas no se puede perder la fuente de ingreso, aunque sea de apenas 7 mil pesos mensuales.

Precisó que esta ley, contra la cual prevén ampararse, intenta eliminar el personal de base haciéndolo emigrar hacia la categoría de confianza, aceptar el retiro voluntario o irse a la institución que el gobierno federal le designe, aunque no se ha aclarado si se respetarán funciones ni salarios.

En esta situación la comparsa de la autoridad ha sido el Sindicato Nacional de Trabajadores de la PGR. Este gremio oficial ha aceptado convenios lesivos para los trabajadores y mantiene desinformada a la gente, aseveró.

Chico Méndez apuntó que el gremio que dirige ha intentado dialogar con el procurador, Eduardo Medina Mora, y el oficial mayor de la dependencia, Rafael Ibarra, pero ambos nos han cerrado las puertas.