Albañiles, plomeros, pintores y peones relatan penurias; gente mala
ni siquiera les paga
Jueves 21 de mayo de 2009, p. 37
Cuernavaca, Mor., 20 de mayo. La crisis económica ha convertido el parque Cri-Cri de esta capital en un mercado laboral donde decenas de personas ofrecen sus servicios de albañilería, plomería, carpintería, electricidad y de cargadores, entre otros.
Ubicado a unos metros del mercado Adolfo López Mateos y del zócalo de la ciudad, lo que fue antes un centro recreativo no tiene niños, sólo hombres y mujeres de entre 18 y 50 años de edad sentados en las bancas y gradas del parque.
Alfonso Gutiérrez Salgado, peón de albañil, narró que los desempleados llegan todos los días desde las seis o siete de la mañana y se van casi a las 10 de la noche o más tarde.
Con sus machetes, mochilas y demás herramientas de trabajo, los desempleados esperan que entren personas a contratarlos. Mientras, comparten la comida y el agua que llevan de sus casas.
A mediados de 2008, recuerda, eran menos de 10 personas las que acudían a este lugar, pero desde noviembre el número ha aumentado y ahora se cuentan más de 40.
Si bien les va, dice, los contratan para hacer un trabajo en la ciudad o en otros municipios, pero hay días, sobre todo las semanas recientes, en que la gente ya no ha ido por ellos o, peor aún, se niega a pagarles.
Hasta aquí peligramos, porque a veces son gentes malas los que nos contratan y se niegan a pagarnos y nos corren bajo amenaza y hasta pistolas sacan
, dijo.
Llevo cuatro semanas que me he ido sin un peso, porque no han venido a solicitar peones de albañiles y si vienen algunos y no te ofrecen una paga segura, prefieren llevarse a gente muy joven para que trabajen más y les paguen muy poco o ni les paguen
, dijo Gutiérrez Salgado, de 53 años de edad, quien vive en la colonia Antonio Barona.
Hace casi un mes, recuerda, le ofrecieron 140 pesos para trabajar todo el día (antes les daban 200), pero al terminar la faena los contratistas sólo le dieron 100 pesos, dinero que casi se acabó en pagar el transporte para regresar a su casa.
La vida cada vez está más dura; no hay empleo, antes yo trabajaba en el ayuntamiento municipal haciendo mandaditos, haciendo trabajitos de peón de albañil, pero como se cambió la administración (hace casi tres años) y fuimos varios los que nos quedamos sin empleo, por mi edad ya no me contratan en ningún lado; por eso no me quedó otra que venirme acá
, dijo.
Aunque, señaló que sus hijos ya están grandes y pueden mantenerse solos, dijo que tampoco ellos tienen trabajo y también andan trabajando en varios lugares de ratitos y muy mal pagados, pues no hay empleos
.
Sotero Mendoza Juárez, otro desempleado, afirmó que antes trabajaba en un restaurante, que cerró hace unos tres meses, y no tuvo otra opción que venirse a este parque a esperar que lo contraten de mesero o peón de albañil.
Los entrevistados afirmaron que a veces se desesperan y que no han descartado dedicarse a robar, porque no nos va quedar de otra para comer
, dijo Mendoza Juárez.