Pobladores de la zona logran acuerdo que juntó a todos en favor del interés del pueblo
Martes 19 de mayo de 2009, p. 16
Ejido Adolfo Ruiz Cortínes, Chis., 18 de mayo. Los verdes valles por donde transcurren los ríos Agua Azul, Bascán, Tulijá y Misol-há, en territorios secularmente habitados por los pueblos tzeltales y choles, han sido escenario en tiempos recientes de conflictos y violencia relacionados con el potencial turístico de esa riqueza fluvial.
Atravesados por la carretera Ocosingo-Palenque, pronto lo podrían ser también por la autopista San Cristóbal de las Casas-Palenque, la cual beneficiará a los empresarios turísticos y facilitará el viaje a los automovilistas, pero acentuará el deterioro ambiental y social de decenas de comunidades de gran belleza y riqueza biótica.
La cascada de Misol-há, municipio de Salto de Agua, no ha sido ajena a esta problemática; sin embargo, en marzo pasado los pobladores lograron acuerdos importantes que, a diferencia de lo que ocurre con las cascadas de Agua Azul, permitirán que distintos ejidos y grupos políticos coexistan en armonía. No fue fácil.
Décadas atrás, al unirse la carretera a Palenque con la cascada de Misol-há, se estableció una cooperativa turística a cargo de un grupo de indígenas, y se excluyó de los beneficios económicos al ejido Adolfo Ruiz Cortines, a pesar de que 99 por ciento del camino a la cascada atraviesa sus tierras, como explica a La Jornada uno de los ejidatarios.
Estos exigieron durante años respeto de quienes usufructuan y violan nuestros derechos ejidales al pasar la carretera que conduce al centro turístico sin ningún permiso o consulta
y controlaban, hasta hace dos meses, el único puesto de peaje. En enero pasado, los ejidatarios emplazaron al gobierno estatal a resolver esa añeja injusticia. La sociedad cooperativa turística Cascada de Misol-há mantenía el monopolio del peaje, además de controlar la mayor parte de los servicios comerciales y turísticos del paraje, uno de los más visitados de Chiapas, y ante las exigencias de este ejido, respondió con hostigamientos y amenazas de muerte.
El 18 de marzo, los de Ruiz Cortines anunciaron que, ante la falta de solución, instalarían su propia caseta de cobro en beneficio de su pueblo olvidado y engañado
, ya que no existe ningún documento de expropiación del terreno. Y lo hicieron, sin exageración ni abuso
, ofreciendo mejor servicio y respeto a los visitantes
. Declararon entonces: No queremos dinero que afecte el interés de desarrollo de nuestros hijos, sólo una caseta para implementar empleos y sobrellevar el desarrollo del lugar
.
Finalmente, el gobierno estatal tomó cartas en el asunto y respaldó un acuerdo entre el ejido y la sociedad cooperativa de la cascada, firmado el 24 de marzo en Palenque. Allí se estableció que el ejido cobrará 5 pesos, y la sociedad cooperativa mantendrá su cobro de 15 pesos junto al río Misol-há, en el lindero de Ruiz Cortines.
Este caso es peculiar en diversos sentidos. El principal: materializa un acuerdo comunitario que, como expresan los encargados del puesto de cobro, juntó a priístas, perredistas, bases de apoyo del EZLN, católicos, presbiterianos, unidos en favor del interés del pueblo
. Tiempo atrás esta armonía no existía, y sobre todo las diferencias religiosas mantenían divididos a los ejidatarios.
Ya no
, dicen sonrientes, y confiados. Acordamos unirnos como ejido y luchar juntos para exigir al gobierno, que se dio cuenta y prefirió de una vez hacer el acuerdo, porque ya no estábamos divididos
. En abril realizaron una gran fiesta de todo el ejido
para celebrar su renovada identidad comunitaria.
Claro que reconocen otro factor que ayudó a resolver el conflicto. La vía que conduce a Misol-há está fuera del posible trayecto de la programada autopista a Palenque. Dicen que va a pasar por allá atrás del río. No es lo mismo que Agua Azul, acá no les interesa tanto para sus inversiones.