Batman, el hombre murciélago, cumple 70 años este mayo. El justiciero encapotado, defensor de la mítica Ciudad Gótica, apareció por primera vez en el número 27 de la revista de historietas Detective Comics, con fecha de portada mayo de 1939.

El dibujante Bob Kane (1915-1998) se atribuyó la creación del personaje, supuestamente inspirado en el héroe El Zorro, y en dibujos de una máquina voladora con alas de murciélago realizados por Leonardo DaVinci. Diversas fuentes aseguran que la idea original fue del guionista Bill Finger, quien murió en 1974 sin que se le reconociera crédito oficialmente por su aportación al mito, más allá de crear al villano El Acertijo.

Jerry Robinson, hoy monero político, fue ayudante de Kane en los primeros años de la historieta, y le reprochó asumirse como el único creador. Robinson es recordado por presentar en la serie a Robin, el ayudante del señor de la noche, así como a los inolvidables antagonistas Guasón y Gatúbela.

Justicia más allá de la ley

La historia del héroe imaginario, llevado al cine y la televisión de manera continua desde 1940, se inicia en un callejón de Ciudad Gótica, donde el niño Bruce Wayne es testigo del asesinato de sus padres a manos de un ratero de poca monta. El crimen obsesiona al pequeño, que entrena mente y cuerpo más allá de los límites de la resistencia humana.

Bruce llega a la universidad, con la intención de ser abogado. Pero entonces se da cuenta de que la ley no necesariamente hace justicia, y decide hallar un método alternativo para aplicarla. Considera que los criminales son cobardes y supersticiosos, por lo que se hace un traje para inspirarles temor, y de la fragua del dolor y la pérdida surge el héroe.

En el camino aparecen antagonistas: El Guasón, ser deforme sin más lógica que la que él quiere imponer; El Pingüino, mafioso de altos vuelos, pero corto de estatura y moral; Gatúbela, obsesionada con las joyas y los felinos, y El Acertijo, quien busca a una persona más inteligente que él y por eso da pistas de sus crímenes en forma de adivinanzas.

Poco sabido, con excepción de los aficionados al cómic, es que en marzo pasado Batman murió a manos de Darkseid, quien pretendía esclavizar a la humanidad. Aunque el hombre murciélago logró darle muerte con una bala de metal, el villano asesinó al héroe antes de perecer.

Pero el consorcio de los medios de comunicación Time-Warner, dueño del personaje, no dejará ocioso un negocio multimillonario: sólo la película Batman: el caballero de la noche recaudó en taquilla más de mil millones de dólares en todo el mundo.

Así que en julio entrante se presentará la serie de historietas Batman & Robin, nuevo comienzo en la saga del hombre murciélago.

Una figura de la fuerza de Batman no podía confinarse a un solo medio de comunicación. De las revistas de historietas pasó en 1943 a los cómics de los periódicos, y ese año se filmó una serie de películas en capítulos. A partir de 1945 fue un personaje regular en el programa radiofónico Las aventuras de Supermán, y en 1949 estelarizó los 13 cortometrajes Batman y Robin.

Su mayor exposición más allá del cómic comenzó en enero de 1966, con la serie de televisión Batman, que en su versión doblada al español en México usó los nombres de los personajes castellanizados por Editorial Novaro: Bruno Díaz para Bruce Wayne y Ricardo Tapia para Dick Grayson, el alter ego de Robin.

Otro gran impulso a la divulgación del personaje llegó en 1989 con la película Batman, del director Tim Burton, quien realizó Batman regresa en 1992. Burton devolvió al hombre murciélago a sus orígenes oscuros, desvirtuados por el programa de televisión –pero no ignorados por la historieta–, que ponía énfasis en la comicidad. Esta chabacanería permaneció en las cintas Batman eternamente (1995) y Batman y Robin (1997), ambas de Joel Schumacher, hasta los filmes Batman inicia y Batman: el caballero de la noche (2005 y 2008, respectivamente), dirigidos por Christopher Nolan.

Mientras, las mejores historias del señor de la noche se realizaron en las series de dibujos animados para televisión.

Batman, icono de la cultura del siglo XX, tiene aún muchas historias por narrar, ya sea en cómics, televisión, videojuegos o Internet. Una nueva década de aventuras comienza.